martes, 5 de septiembre de 2017

Charnegos, maketos y otros apátridas penínsulares

CHARNEGOS, MAKETOS Y OTROS APÁTRIDAS PENINSULARES
Bien sabía Kim, (dibujante y fundador de El Jueves) cuando creaba las historietas de Martínez el Facha, que el fascio hispano de estúpido era entrañable, lástima que posea tanto poder. Viene esto a colación porque el que escribe estas líneas se ha podido permitir estar dos semanas de vacaciones por el Mare Nostrum, de Tarraco a La Oliva, más o menos, y cómo diría el genial Manuel Bartual, todo iba bien hasta que empezaron a suceder cosas extrañas, cosas de nacionalismos exacerbados e inexistentes.
Todo empezó el 18 de agosto, estando yo en Cambrils con la mujer y el peque disfrutando de lo que éste último llama “arenas y agua”, vamos, la playa. Por extraño que parezca, los tres vivíamos ajenos a todo lo acontecido sólo unas horas antes, aunque sí que nos sorprendió ver una patrulla de Mossos fusil en mano en uno de los accesos a la playa, justo al lado de una churrería, hasta que a mí se me ocurrió entrar en la red de redes a cotillear un poco el twitter y leí y vi la dura realidad de las Ramblas y del propio Cambrils.
Como todas habréis tenido suficientes análisis sesudos, no tan sesudos e incluso habréis leído la prensa, me saltaré todo lo que tiene que ver con mi opinión sobre los hechos (quizás en otro post, amenazo). Sin embargo, ¡pobre iluso!, en aquel momento tuve la genial idea de escribir un tweet poniendo en cuestión que los Mossos hubieran abatido a un hombre por saltarse un control (ésta era la hipótesis en aquellos momentos) y claro, las reacciones no se hicieron esperar, pero la que más me gustó fue esta;


“Euskofascista” me llama un tipo que se pone de nick El Cañón Krupp, que cómo todos sabemos era una empresa que hacía palomitas para el III Reich. Y me recuerda que mi apellido delata mi condición de descendiente de galaico-portugueses. Por si no fuera suficiente, el susodicho, al que creo no tener el placer de conocer, (es lo que tienen estos valientes sin foto ni nombre real) se permite aseverar que esa ascendencia es para mí una deshonra. ¡Grandes estos No-Nacionalistas! Pues no, lo siento, estoy muy orgulloso de mis raíces, de mis padres, de mis abuelos (a los que no tuve la suerte de conocer) y abuelas, y sí, nací en Gasteiz, llevo viviendo aquí 44 años, y me siento vasco. Claro que viendo cómo actúan e interpretan la historia los No-Nacionalistas que siguen hablando de “La Reconquista” y expulsión del invasor, al hecho de expulsar de la península a gentes que llevaban más de 30 generaciones viviendo y trabajando en ella, tengo claro que ni yo, ni mis nietos serán vascos sin los 8 apellidos de rigor y el RH negativo. ¡Que tiene guasa la cosa! Que nunca me lo hayan dicho esos a los que ellos llaman “Euskofascistas” y me lo repitan una y otra vez los de la “España integradora”.
Pero puestos a hablar de orgullo y raíces, debieran ser estos No-Nacionalistas, herederos de las camisas azules, quienes se cuestionaran un poco si de verdad están orgullosos y orgullosas de las suyas. Y es que todo Imperio en su plenitud se inventa un pasado glorioso y divino. Rómulo y Remo, Quetzalcoatl, o Pelayo. Hasta aquí todo bien, lo que no es ni medio normal es la fobia hasta lo irracional que tienen estos personajes a una parte importante de su pasado, de nuestro pasado, a TODA aquella parte que tenga que ver con culturas del sur del Mediterráneo, lo que viene a ser África.
Es increíble cómo se aferran al invasor europeo y reniegan del invasor africano. Porque en el tablero de la historia pocas tierras habrán visto marchar más culturas diversas que la península ibérica, fenicios, griegos, celtas, cartaginenses, romanos, godos, visigodos, suevos, musulmanes, franceses, ingleses… además de los diversos pueblos pre-existentes en la península, vascones, íberos, lusitanos… Pero a los avispados ojos de estos No-Nacionalistas unos fueron asentamientos, y otras invasiones según el origen. Así, en Sagunt, uno puede leer en sus folletos cómo el pueblo Íbero allí asentado resistió “heroicamente” al invasor cartaginés con su aliado romano. Porque los primeros venían de la actual Tunez, y los segundos, los segundos fueron el Imperio en el que se miran todos los imperios posteriores.

Y qué decir sobre Al-Andalus. Moros que se borran de la historia. No existen en los libros de texto salvo como el enemigo, ese ser sin rostro, violento, estúpido, como los nazis en las películas bélicas yankees. Mientras se aferran a un pasado glorioso de un supuesto reino visigodo que no invadieron la península, ni expulsaron a las imperiales tropas romanas, y que gobernaron apenas 2 siglos, de los casi 8 posteriores mejor olvidar. Los nazis morenitos, son españolitos. Y así es fácil de entender la airada respuesta ultramontana contra todo lo que suene a Islam tras los atentados, porque no hay nadie peor que un converso que tiene que demostrar su pureza. ES-PA-ÑA, faro de occidente. Sin disidencia. Muy español y mucho español, ¿el resto? Nacionalismos trasnochados en el que no tienen cabida charnegos y maquetos como yo que se sienten orgullosos de sus raíces, de todas ellas, incluso aquellas que me unen con León por la Maragatería. Biznieto de arriero, en el camino nos encontramos.

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