martes, 30 de julio de 2013

ETA, BÁRCENAS y JAVIER DE ANDRES


ETA, BARCENAS y JAVIER DE ANDRES
(la corrupción se terminará cuando ETA entregue las armas)


            Seguramente, de cómo afrontó el Partido Popular el caso Bárcenas en el ámbito comunicativo, político e institucional se escribirán libros y tesis doctorales durante los próximos años. Entonces, a toro pasado y con más datos en la mano, alguien debería prestar especial atención a la actitud del PP en la CAV y, especialmente, en Araba.
           
            Lo primero que supimos fue que todo un clásico en las listas del PP, Santiago Abascal padre, había recibido 12.000 euros. Dijo no saber ni cuándo, ni dónde, ni quién se los dio pero sí el por qué… porque había sufrido un ataque con cócteles molotov en la tienda que regenta en su Amurrio natal. Ya está. Todo aclarado. Como las instituciones públicas nunca han indemnizado por estas cosas a las víctimas. Como no hay seguros que cubran estas cuestiones…
           
            Más tarde nos enteramos de eso del pago de la sede el PP en Bilbo. Rauda y veloz, su presidenta, Arantza Quiroga, salió a dar cuenta de la contabilidad A. La B, (de Bárcenas), como no existe… Pues nada, todo aclarado. Eso sí, no ahorró en calificativos a la hora de despreciar a quien fuera el director financiero de su partido hasta hace dos días.

            Luego llegó De Andrés. Lo hizo con un “carisma” que había ocultado hasta entonces en todas y cada una de sus comparecencias. Corrupto, patán, cretino, antipolítico, sin dignidad… fueron algunos de los “piropos” que le dedicó a Bárcenas en su habitual comparecencia de los martes, e incluyó una de esas cosas que tanto gustan al nacional-catolicismo español, la exigencia de penitencia para el ex-tesorero, “vendrá de rodillas a pedir perdón” dijo. No improvisó. Leyó. Lo tenía preparado de antemano y parece que quiso ponerse la venda antes de la herida.

            Lo que no parece es que Javier De Andrés se arrepienta, ni que fuera un patinazo, un calentón… En la siguiente ocasión que le han puesto un micrófono delante ha asegurado que Bárcenas derivó a Suiza el dinero que el PP conseguía en base a cuestaciones para la protección del Partido Popular.           

            Acabáramos… ahí queríamos llegar. Ahora lo entiendo todo. El PP pasaba la hucha para pagar escoltas a pesar de que el Gobierno de Lakua invertía del orden de 225 millones de euros al año en esa materia,  y desde Madrid tampoco se quedaban cortos. Que me lo explique él o el mismísimo Jaime Mayor Oreja, quien conocía a la perfección el sector de las empresas de seguridad.
           
            Todo era legal, dice De Andrés, así que había una lista con el nombre y apellidos de quienes aportaban. Y ese dinero, en lugar de invertirse en seguridad, se derivaba a Suiza; a la guardia suiza, debe ser. Y nadie se había dado cuenta hasta ahora. ¡Claro, si es que en el Partido Popular son todos y todas unas almas cándidas!

            Como estrategia no tiene precio. Había varias opciones y las han ido explotando todas. La primera: todo es mentira. La segunda: y tú más. Y la tercera, la que nunca falla: la culpa es de ETA. Y como esta última funciona, pues nada… la culpa de que Bárcenas tenga una millonada repartida en varios paraísos fiscales, de que el PP tuviera una contabilidad en B, de que los sobres rularan en la calle Génova como si fuera la central de Correos la víspera de Navidad o de que ciertos empresarios “compraran” a ciertos gobiernos para hacerse con contratos multimillonarios es de ETA.

            Todo esto me lleva a pensar que si ETA se disuelve acabaremos con la corrupción, con las estafas y las mentiras del Gobierno de Madrid. Y mientras ETA no se disuelva el Gobierno no cederá. Y mientras ETA no se disuelva no habrá cambios en la política penitenciaria y, mientras ETA no se disuelva… Ay… creo que me he hecho un lío y he confundido discursos. Como a Javier de Andrés que se le olvida que es Diputado General de Araba y se mete en el papel de abogado defensor del Partido Popular. ¿Será por que se siente aludido?. Quizás sea por aquél problema que al parecer tuvo con el fisco por un sobre con unos cuantos billetes morados… Claro que de eso mejor hablamos en otro momento, que hoy no toca. 

viernes, 26 de julio de 2013

Lapidando al maquinista


LAPIDANDO AL MAQUINISTA

Se me revuelven las tripas. No por el accidente, que también, sino por la forma en que se está tratando el asunto. Hoy en todos los periódicos aparece el perfil de Facebook del maquinista, en él, presume de ir a 200 km/h en un viaje que hizo en 2012, y claro, todo el mundo está ya con sus piedras en la mano, porque este señor es culpable. Ya esta crucificado. La presunción de inocencia con la que tanto cuidado tienen al señalar a personajes de alta alcurnia, se queda en agua de borrajas cuando se trata de un ciudadano llano. Este señor es culpable, que viva con ello, ya que no lo podemos matar.

Cuando estudié Prevención de Riesgos Laborales, una de las cosas que más suele sorprender es que el empresario debe proteger al trabajador incluso de su propia imprudencia. ¿Qué significa esto? Quiere decir que, entre otras cosas, se deben poner todos los medios para que las posibles (y previsibles) distracciones o errores de los trabajadores no puedan desencadenar un accidente. De esta forma cuando un carretillero quiere coger un peso superior al que su máquina lo permite esta se limita y no permitirá que se inicie la acción que puede acarrear consecuencias desastrosas. A todos en mayor o menor medida nos protegen este tipo de mecanismos automáticos.

Entonces, ¿por qué un señor puede entrar a 190 km/h en una curva catalogada por el Ministerio de Fomento como peligrosa? ¿por qué existe esta curva de estas características en un tren con un trazado tan reciente? Más aún ¿por qué no se activaron las balizas que limitan la velocidad de los trenes para que el tren se ajustara a la velocidad adecuada para ese tramo? ¿No funcionaron por falta de mantenimiento? ¿O es que ni siquiera había medios para evitar este tipo de situaciones? Seguro que esto también es culpa del maquinista.

Este tipo de trenes que alcanzan velocidades tan altas no pueden depender de la capacidad de reacción de las personas, deben de tener medios automatizados para evitar los accidentes. Haberlos hailos, ¿no funcionaban o no estaban implantados en este convoy?

¿Que clase de trenes tenemos que no prevén contingencias como que el maquinista deje de estar en condiciones para dirigir el convoy? Se desmaya, se duerme, le da un ataque epiléptico,…

¿Se duerme? ¡O dios mío! Que falta de profesionalidad. Ya… Hagamos un análisis de nuestras vidas. ¿Alguna vez habéis pasado una mala noche por la que no habéis dormido? Os dolía la tripa, estabais nerviosas, vuestros hijos no os han dejado dormir… Y al día siguiente a trabajar, da igual en qué condiciones estés. Yo trabajo delante de un ordenador, por lo que en estas circunstancias si doy un cabezazo, pueden reírse mis compañeros y compañeras o ganarme una bronca de mi jefa. ¿Pero un transportista? ¿Puede ir a donde su jefe a decirle que no está en condiciones de trabajar porque no ha dormido y supone un peligro para él y para terceros?

Hagamos otra reflexión ¿tendrá algo que ver la política de sancionar a quién hace llegar tarde el tren o de premiar a quién llega puntual? Este tipo de “incentivos” son descabellados si queremos evitar accidentes, puesto que cargan la responsabilidad de la puntualidad sobre los conductores, sin tener en cuenta otras posibles contingencias que hacen que el tren llegue tarde. Lo que desencadena que los maquinistas “aprieten” para llegar a la hora. Os garantizo que este tipo de políticas no las establecen los empleados y también os aseguro, que no son a ellos a los que benefician.

Por último, demos por hecho que este señor era un irresponsable. En este caso, ¿por qué conducía un tren? ¿Quién ha decidido que es apto para el puesto de trabajo? Quizás su conducta nunca había denotado esa ausencia de responsabilidad y solo actuó mal ese fatídico 24 de julio… poco probable. Si habitualmente incumplía las normas que regulan cómo se debe dirigir un tren, ¿por que seguía en ese puesto de trabajo? Las empresas tienen un protocolo disciplinario que a menudo utilizan sin ton ni son para sancionar todo tipo de actitudes, las cuales, poco tienen que ver con la seguridad.

En fin, el maquinista se jacta en la foto de Facebook de ir a 200 km/h, al igual que la ministra de fomento (Magdalena Álvarez) se jactaba ante los medios de comunicación de que el AVE podrá alcanzar los 350 km/h. Hipocresía.

Cristina Bereciartua Gacetabeitia 
Portavoz de Alternatiba Gasteiz

lunes, 22 de julio de 2013

¿Con la que está cayendo?


¿CON LA QUE ESTÁ CAYENDO?

            A quién no le ha ocurrido que, al ponerse a preparar la cena se da cuenta de que en su despensa falta el ingrediente fundamental para realizar ese plato tan suculento del que tenía antojo. Eso mismo me acaba de ocurrir a mí.

            He regresado de pasar todo el día en ese “marco incomparable” que es Donosti, y aunque no he pisado la Kontxa, pues otros temas más serios me requerían en la Bella Easo, he llegado “jarto de caló” y con ganas de una cena suave y fresquita. Y por eso de la multiculturalidad y el internacionalismo, que mejor que preparar un gazpacho bien fresquito. Sin embargo, al abrir la nevera descubro con estupefacción que los tomates brillan por su ausencia.

            Sin pensarlo mucho me he vuelto a vestir, (con esta calor uno va medio en bolas por casa) y me he dispuesto para hacer una visita rápida a la frutería del barrio, que está a unos largos 15 minutos de mi casa, y justo en el mismo instante que he abierto la puerta del portal el cielo plomizo ha empezado a caerse sobre mi cabeza, y claro, no nos vamos a engañar, mi sangre, heredera de los Celtas por vía galega, me ha recordado que eso es muy peligroso. De forma que he regresado a la seguridad del hogar.

            Sorprendida por mi rápido regreso mi compañera me ha preguntado si me he arrepentido, y claro mi respuesta no podía ser otra. –Mira a la calle, ¿A donde voy a ir con la que está cayendo? Ella se ha limitado a asentir, y yo  he sustituido mi gazpacho por una ensalada huérfana de rojez.

            Y es que eso es lo que tienen en común las crisis capitalistas y las tormentas, que a uno le hacen temer por su integridad, por su futuro, y ante eso, preferimos seguir los dictados de los Jesuitas; “en tiempo de crisis no hacer mudanzas” y nos recogemos en nuestro interior, nos adaptamos a la situación de la mejor forma que sabemos y esperamos a que escampe.

            Sin embargo, las tormentas son derivadas por las condiciones meteorológicas, y aunque podemos predecirlas, no podemos evitarlas. Pero, las crisis no caen del cielo, las producen otros seres humanos, esos que buscan peces en el rio revuelto, y que saben que en estos tiempos en que los conejos se agazapan en sus madrigueras es más sencillo que caigan en las trampas.

            Todo eso redunda en que “ellos”; la burguesía, los oligarcas, los reaccionarios, los que no admiten ni tan siquiera que el Patriarcado existe y es la forma más antigua de opresión, aprovechan para imponerse con mayor fuerza, y sin ningún tipo de rubor. Así, aprueban reformas laborales que nos retrotraen a siglos pretéritos, recuperan con el apoyo de la ortodoxia religiosa la importancia de la familia como célula madre del Sistema Capitalista, para realizar las tareas de cuidados que el Estado no está dispuesto a asumir y que garantizan que los esclavos del siglo XXI puedan seguir produciendo y las mujeres regresen a la cocina, al tiempo que niegan e invisibilizan la violencia a las que les someten los machos en sus casas. A partir de ahora podrás pegar a TU mujer con total impunidad, solo has de evitar pasarte y que la tengan que hospitalizar. Claro que si continúan con la privatización de la sanidad, en breve ni ese problema tendrás, con no pagarle un seguro...

            Y la crisis continúa, por que todavía no nos han exprimido lo suficiente. Y nosotros, conejitos y conejitas (sin ánimo peyorativo) metidos en nuestra madriguera, cuando alguien nos diga que hay que hacer algo por romper con este sistema injusto, asesino y criminal podremos seguir diciendo eso de “con la que está cayendo, mejor esperar a que escampe”.

sábado, 6 de julio de 2013

GORA SAN FERMIN!!!


GORA SAN FERMIN!
(desde el respeto institucional, of course)

            Los que me seguís conocéis de sobra cual es mi sentimiento respecto a las banderas. Incluso habéis podido leer una entrada previa [1] en la que exponía mi posicionamiento.  Sin embargo, o tal vez por ello, hoy no me puedo resistir a dar mi opinión sobre lo acaecido a las 12 del mediodía en la Plaza del Ayuntamiento de Iruña, donde un pequeño grupo de personas se ha encaramado a los tejados para izar una Ikurriña de dimensiones colosales, provocando la ira de los ediles pamplonicas (supongo que no todxs) que se han negado a lanzar el txupinazo hasta que ha sido retirada.

            Los San Fermines de 2013 serán recordados como los del txupinazo más tardío que se recuerda. 16 minutos de demora exactamente, para terminar lanzando un petardo a la plaza donde ha estallado entre la multitud.

            Como toda acción que un grupo de personas decida llevar a cabo, rápidamente han salido hordas de defensores y detractores de la misma. Que si ha sido un gesto intrépido, que si no se puede mezclar política y fiesta, que si se ha faltado al respeto de la ciudadanía, que si... pero a mí me gustaría centrarme en el acto en sí. Un trapo, de tres colores, con una cruz de San Jorge blanca y una de San Andrés verde sobre fondo rojo tendido en el aire en el centro de una plaza. Una bandera bajo la que se siente representada buena parte de la sociedad navarra, y que competía en protagonismo con las presentes en el balcón del Ayuntamiento, la roji-gualda española, la foral navarra, la estelada europea y la de la propia Iruña. Banderas, algunas, con un más que cuestionado apoyo. ¿Pero por qué no se ha lanzado el txupinazo hasta que ésta ha sido retirada? Pues, sencillamente por que la Ikurriña está prohibida en los actos públicos en la Comunidad Foral de Navarra.

            La Ikurriña es un símbolo ajeno a los navarros, dicen quienes ostentan en la actualidad el poder en la comunidad vecina y hermana, y su exhibición es un intento de usurpar e imponer un sentimiento vasco a los navarros. Y por ello, no siendo suficiente retirar el mencionado trapo, la policía municipal y foral se ha empleado, con gran eficacia y eficiencia, en expropiar las ikurriñas que mozos y mozas san fermineros llevaran encima.  No así las Union Jack inglesas, ni las australianas, ni las alemanas, que haberlas habíalas. Supongo que porque esas no les son ajenas a los navarros. Y por supuesto, a nadie se le ocurre no botar el txupinazo aunque los balcones estén engalanados con publicidad de empresas capitalistas, ni porque boten sobre las masas inmensos balones publicitarios, porque el consumo y el capital no están reñidos con la fiesta. La política y los sentimientos identitarios... esos sí sobran, salvo que sean los recogidos en la sacrosanta Constitución.

            Lo cierto es que los San Fermines no se pararán por lo ocurrido hoy, para gozo de las gentes de Iruña, y para los foráneos que por allí paren en esta semana de algarabía singular. Máximo exponente internacional del gusto que por la fiesta se tiene en todos los lugares del globo. Siete días de hermanamiento y desenfreno. De beber, de cantar y de disfrutar como a uno le dé su entendimiento. En euskera, en castellano cervantino, en inglés, o por gestos cuando la lengua no de más de si. Y pese a quien pese, algunos lo disfrutaran sintiendo la ikurriña como suya.

            Quienes hoy han decidido, en pos de su orgullo, que el txupinazo no se botaría hasta que semejante ofensa (la Ikurriña) fuese retirada, no han medido las consecuencias. Lo que hubiese sido una anécdota que mucha gente olvidaría a la vuelta de unos días, lo han convertido en un recuerdo imborrable, en una leyenda, y las leyendas no se olvidan, se instalan en la memoria colectiva para perdurar. Y todas las personas recordarán la historia de una bandera que fue capaz de retrasar el txupinazo de San Fermin, en la época en que en el Ayuntamiento de Iruña había más chorizos por metro cuadrado que en la popular fábrica de embutidos de la zona.