viernes, 18 de marzo de 2016

La carga de la patronal

LA CARGA DE LA PATRONAL

            Las tres patronales vascas, CEBEK, ADEGI y SEA, amén de la que las agrupa, CONFEBASK han cargado contra la intención del Gobierno Vasco de recuperar las 35 horas para la función pública. Cómo era de esperar, el gris Urkullu se ha mostrado levemente dolido por el ataque de la patronal, porque la suya no es una decisión por convencimiento sino por obligación y peso electoral. Eso sí, todo muy calculado para que no se abra el debate fuera de los márgenes establecidos.

            El falso debate que han pretendido alimentar las patronales es un debate de parte, de la parte minoritaria de la sociedad que son los empresarios, quienes se arrogan a si mismos la capacidad de decir lo que es, o no es, aceptable en materia laboral. Lo mismo que hacía aquel otro líder patronal, el Sr. Díaz Ferran, cuando nos aconsejaba trabajar más y cobrar menos mientras él nos robaba y estafaba a todos y dejaba a cientos de familias en la calle.

            Cabría preguntar a estas patronales, por qué se dedican a exigir jornadas más largas cómo si el reducirlas fuera la causa principal de la situación de las empresas, y sin embargo, mientras reconocen que el recibo eléctrico es el mayor obstáculo para la supervivencia de la industria, son incapaces de indignarse y criticar a IBERDROLA o ENDESA por aumentar día a día sus beneficios. Por qué se permiten darnos lecciones sobre lo que ellos consideran un derroche de dinero público mientras dilapidan ayudas y subvenciones públicas. Mientras exigen más y más dinero público para su labor.

            ¡Ya vale ostias! No son los empresarios los que generan empleo, el empleo lo genera la necesidad de bienes de consumo, o sea, lo generamos entre todos y todas. Son los empresarios quienes, al contrario de lo que dicen, los que frenan la creación de empleo todo lo que pueden, ya que, según su lógica, cuanto más sean capaces de producir con el menor número de empleados posible mayor será su beneficio. Las empresas no contratan por ninguna razón altruista, lo hacen, única y exclusivamente, cuando la demanda supera la capacidad de producción de su plantilla. Pero esa demanda seguirá cayendo si dejamos caer a la gran mayoría en la pobreza, o si encadenamos a la clase trabajadora a su puesto de trabajo.

            La jornada de 40 horas semanales no fue un regalo de los empresarios, hubo que arrancársela con mucho dolor y sufrimiento, con huelgas extremas, con luchas en la calle. No había negociación posible con quien no quería negociar, pero de eso hace más de 140 años. En siglo y medio la tecnología y la ciencia han multiplicado la capacidad de producción industrial. El global de la riqueza producida es infinitamente superior al de finales del siglo XIX. Y aquel lema, 8horas de trabajo, 8 horas de ocio, 8 horas de descanso, ha quedado obsoleto. Necesitamos que nuestro salario no nos cueste tanta vida. Necesitamos más tiempo de conciliación familiar y necesitamos un mayor y mejor reparto de la riqueza. Un reparto justo de los beneficios de empresas como INDITEX, de Amancio Ortega, más de 3000 millones de € en 2015 (más del doble del presupuesto de Educación en el Reino)


            Para el reparto justo y equitativo de esa riqueza, para evitar la acumulación inmoral y asesina que permite que los 20 españoles más ricos posean lo mismo que los 13,98millones más pobres, sólo existen dos caminos. El primero una fiscalidad progresiva que grave de verdad los beneficios empresariales y reparta en bienes sociales lo recaudado. No puede ser que las 35 empresas del IBEX tributen de media el 3,5% de sus inmensos beneficios frente al 25% de media que se tributa en el IRPF. Pero tampoco es de recibo que esos ingresos fiscales se destinen a absurdeces sin beneficio social como el Tren de Alta Velocidad (más de 40.000 millones de inversión, para un 1% de la movilidad de pasajeros) El segundo camino es el reparto del trabajo. Y es que, en una situación de desempleo grave como la actual, con los índices de pobreza escandalosos que tenemos que sufrir, quien no abogue por un sector público fuerte y por un reparto de la riqueza y del trabajo debería ser juzgado por Alta Traición Social, y tal vez, quien sabe, adornar una pica en las murallas del proletariado.

viernes, 4 de marzo de 2016

Solas

SOLAS
             
            Nadie se puede hacer una idea de cuánto aborrezco a veces tener mis oídos y mis ojos abiertos e intentar ejercer el acto revolucionario de aprender y aprehender. ¡Cuánto mejor se vive en la ignorancia absoluta! Todo resulta más fácil. Es más sencillo leer tú opinión en la prensa que desarrollar argumentos propios, e incluso debe ser aún más simple si no lees la prensa y vives del trabajo a casa, fútbol, cervezas y amigos, pero no lo olvides, que estos últimos sean cómo tú, no se te vaya a colar alguien que te amargue la tarde hablando de chorradas políticas sin sentido. O sea, que no sigas leyendo este post, porque te va a aburrir de sobremanera.

            Lo primero que cualquier persona con un mínimo de interés puede aprender, si se fija a su alrededor, es que la construcción social en la que nos movemos se asienta sobre la base de los privilegios de unos pocos. Deduciremos, sin gran dificultad, que vivimos en un sistema piramidal y que cuanto más arriba de esa pirámide nos encontremos mayores serán nuestros privilegios. Un poco más difícil nos resultará descubrir  que nosotros mismos gozamos de superiores privilegios que otros, supongo que por aquello de que no hay peor enfermedad que la mía. Pero la verdadera dificultad estriba en darse cuenta de que este Sistema piramidal no es fruto del azar o de un ser divino, sino que es una construcción social, algo que, de forma voluntaria o no, mantenemos y generamos entre todos.

            Pero el adhesivo, el cohesivo fundamental que permite que este sistema se mantenga es el miedo. Miedo primario a la represión, a la violencia ejercida por quien tiene el poder. Miedo secundario a perder lo poco que se tiene, la seguridad, tus míseros o grandes privilegios, tus ahorros, tu cierta comodidad. Y el miedo terciario a la anormalidad, a ser apartado del grupo por mostrar divergencias, a ser tratado como un bicho raro, a ser aislado. Y este es el patrón utilizado en todos los sistemas de opresión que conforman el Sistema-Mundo actual.

            Ese miedo requiere ser alimentado, a veces de forma tosca y obvia, otras utilizando la sutileza. Y son las formas sutiles, las que no son fáciles de detectar, las que realmente hacen el trabajo sucio para que nada cambie, y para que todo parezca resultado de la providencia. Centrándonos en el sistema de opresión más viejo y más perfeccionado, el Patriarcado, nos estaríamos refiriendo a los micromachismos que, como explica Luis Bonino, “son las prácticas de dominación masculina cotidianas e imperceptibles que se dan en el orden de lomicro” Y es sobre uno de esos innumerables micromachismos que versa este post.

            Si yo escribiera y describiera en este post a una mujer como un ser frágil, débil que requiere de la protección masculina para estar a salvo de todo mal, cualquiera de los que habéis llegado hasta este punto os daríais cuenta del significado de esa descripción, pero la cosa cambia cuando para hacer esa misma descripción utilizo únicamente la palabra sola. Y sirvan estos dos titulares de ejemplo; “Dos mochileras que viajaban solas son asesinadas en Ecuador” “Más del 50% de los refugiados que viajan por Europa son mujeres solas con sus hijos” Quizás no veas a simple vista machismo alguno en estos titulares, al fin y al cabo parecen descripciones simples de una realidad, pero vamos a hacer un ejercicio sencillo, cambiemos el género del sujeto. ¿Crees que alguien hubiese considerado que dos mochileros viajan solos? ¿Acaso no se hacen compañía el uno al otro? Y qué decir del segundo titular. ¿Te acuerdas de aquel refugiado que paso la frontera húngara con sus hijos y una periodista le puso la zancadilla? Durante varios días aquel hombre se hizo popular e incluso se le acusó de ser miembro de Al Qaeda, pues bien, te animo a que leas los titulares de aquellos días, pero ya te adelanto que en ningún caso se hace referencia a que él viajase solo, lo hacía con sus hijos.


            Aún y todo, después de lo que he reseñado anteriormente, a mí, cómo hombre, hay algo que me aterra aún más, la descripción implícita que del masculino se hace con esos titulares. Esas noticias nos trasmiten que la mujer, de por sí, es débil y está en peligro, cómo lo estaría un cervatillo que tuviera que cruzar un campo lleno de lobos hambrientos. Y la cuestión es, quienes son los lobos que no son otros que nosotros, los hombres. Depredadores hambrientos contra los que cualquier precaución es poca. Si lo ves, si te das cuenta de eso, quizás no todo esté perdido, quizás a partir de ahora no le insistas a tu hija que ande con cuidado, que vigile, que venga pronto, que no provoque, y pondrás todo el celo en educar a tu hijo para que no se convierta en un peligro, para que no sea el predador que desea este Sistema.

martes, 1 de marzo de 2016

1 de marzo, el collage

1 de MARZO, el COLLAGE

            Una marabunta huye de un final cruel entre escombros, detonaciones, violaciones, y asesinatos. Hacen cientos de kilómetros y se embarcan en un barquito, no velero, pero atosigado de almas para llegar a una isla, dejando amigos, familia y un reguero de muertos. Pisan por fin el Continente y caminan apestados entre robos, violencia, violaciones, asesinatos, hambre y frío, y siguen dejando amigos y familia por el camino, llenando cunetas de dolor. Alcanzan nuevas fronteras y con ellas nuevos campos de alambradas y espinos que no dan flor y los reciben con gas y los acusan, los golpean, y desaparecen, y las violan, y llegará la primavera.

            Y emergen, cómo cada 3 de marzo nuestros recuerdos, y sangran heridas sin cicatrizar, y recordamos que la impunidad la tienen ellos, los que masacraban, los que fusilaban y asesinaban desde el altar. Y recordamos, y nos duele el orgullo, nos duele ser parte de quienes ayer morían y hoy seguimos desangrándonos. Y canta un Ismael, “...ve gritos en las calles, gritos contra los que luchó...” y calaveras, y tibias, y una rojigualda pintada sobre los rostros de los obreros, sobre un monumento alzado a la dignidad y Gasteiz se levanta bombardeada.

            Y dos hombres trajeados nos venden desde un Estrado que han hallado solución a un Estado, y son 130, y les faltan más hombres que a Leónidas, pero ellos aspiran a ser Jerjés. Y con sus trajes impolutos nos hablan de libertades recortadas, de derechos cercenados, y que aún lo pueden hacer peor. Y sonríen, y les votan, y los más votados aún ríen más fuerte, porque cuanto más han robado más les han apoyado. Y nos llevan a un bucle infinito donde todas las salidas dan al mismo sitio, como una circunferencia infernal, círculo que dicen, es el símbolo de quienes son, o seran, lo que no quieren, o dicen no querer, pero que nada nos están aportando salvo querer vicepresidencias. Y vuelve a estar el CEDA, y vuelve Lerroux, y un Prieto descafeinado, y la Guardia de Asalto.


            Y todo me recuerda a los 30, pero no hay Amnistía, aunque en Logroño hoy parezca más claro el día, con cientos de sonrisas a la puerta de una prisión. Demasiado Preso Político, y muy pocos políticos presos por robo, estafa y engaño. Hoy dispara bilis mi transistor, mi televisión, mi ordenador. Los de la caverna, esos que solo ven el reflejo, los que ven distorsión, son hoy quienes gobiernan y a quienes las sonrisas que iluminan hoy desde Logroño a Elgoibar parecen herir. Heridos están, hirámoslos pues. Sonreíd, sonreíd, que a pesar de su obscuridad, aquí, allí, y en todo el mundo hay pueblos dignos que no se callan. La nuestra es una historia de derrotas, de derrota en derrota, hasta la victoria final.