viernes, 31 de enero de 2014

¿PODEMOS?


¿PODEMOS?

            “Lo único peor que el que se hable de uno, es que no se hable de uno” Utilizando esta máxima de Oscar Wilde para enmarcar el eco mediático que está alcanzando la iniciativa lanzada por Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero, uno podría decir que Podemos tiene el camino abierto hacia el estrellato. Todo el mundo habla de ellos, bien o mal, pero están en boca de toda la ciudadanía. La gira Ahora Podemos llena salas para escuchar, y esto es lo sorprendente, ¡conferencias políticas! De pronto, miles de personas que parecían no querer saber nada de la política son capaces de entablar una discusión en un bar sobre nacionalización de las empresas energéticas, sobre los derechos, sobre la izquierda y la derecha.

            Pablo Iglesias ha sabido importar el modelo político del socialismo del siglo XXI sudamericano adaptándolo a la realidad sudeuropea o norteafricana, según lo vean. Eso que los políticos patrios, los de alfombra y poltrona, denigran llamándolo populismo no es sino utilizar lenguaje llano para hablar a gente llana, llegar hasta la gente a través de los medios que la gente utiliza, y en eso, está claro que el Sr. Pablo Iglesias está demostrando ser un experto. Algo que por el contrario, los izquierdistas clásicos no hemos sabido utilizar, o lo que es peor, nos negamos a utilizar, ya que parece que estuviéramos desprestigiando nuestro alto ideario. Por cierto, por unos motivos similares la iglesia mantuvo hasta tiempo reciente eso de oficiar las misas en Latín.

            Pablo Iglesias, ese profesor progre, de izquierdas y pelo largo que caía bien a todo el mundo, al menos a todo el mundo de la izquierda, pero también a amplios sectores populares establecidos en el desencanto y el abstencionismo político, se ha embarcado en un proyecto político que sinceramente me provoca serias dudas, aunque por lo que veo, a muchos otros lo que les provoca es zozobra al ver que pueden perder su txiringo, y así, de un tiempo a esta parte las loas y alabanzas se han convertido en críticas feroces. Y como siempre ocurre en estos casos, la izquierda mayoritaria (dentro de la izquierda fragmentada, se entiende) apela a la unidad, al voto útil, aunque muchos dudemos de la utilidad, no del voto, sino de esa izquierda. Y por supuesto, apela a la unidad dentro de sus parámetros y reglas, sin negociación.

            Reconozco que tengo interés en saber como terminará este sainete, y también reconozco que una parte de mí desea que ese Podemos sea lo que parece querer ser, porque quizás, si ese proyecto tuviese recorrido podría ser la oportunidad para que las otras izquierdas, las periféricas, a las que la izquierda estatal siempre ha denostado y vilipendiado tuviéramos un interlocutor válido, un aliado con el que hacer un camino común como clase, desde el respeto y la visión internacionalista de la lucha.

            Podemos es una incógnita. Tratar de adivinar lo que su irrupción puede provocar, una quimera. Sin embargo, si algo hay que agradecer a su aparición, es que por fin parece que allende el Ebro algo más que el futbol mueve a las personas. Por ello, desde EH les doy mi más calurosa bienvenida, desde un optimista excepticismo, confiando en que podamos, podamos encontrarnos en el mismo lado de la barricada, aunque sea desde siglas diferentes. Somos una misma clase, aunque seamos pueblos diferentes. 

martes, 21 de enero de 2014

TANQUES EN CATALUNYA


TANQUES EN CATALUNYA (Hablando claro)

            Soy consciente de que el camino secesionista emprendido por la sociedad catalana está llenando miles de páginas de sesudos análisis hechos por grandes plumillas de ambos lados del Principat. Por ello, al igual que en todos mis post anteriores, asumo que mi limitada capacidad me impide aportar nada nuevo al debate sobre la viabilidad o no de la independencia catalana. Sin embargo, harto de intentar convencer a los creyentes de que su Dios no existe cuando serían ellos quienes deberían convencernos a nosotros de lo contrario, quiero plantear el debate en otros términos.

            No voy a entrar, por tanto, al por qué, ni al cómo se puede o no se puede lograr la independencia, sino que quiero reflexionar sobre otro cómo, ese cómo que se nos niega sistemáticamente, ¿Cómo tiene pensado el Gobierno del Reino de España impedir la secesión catalana?

            Si asumimos que una mayoría de catalanes y catalanas en estos momentos están abogando por la independencia, y digo asumimos ya que está claro que el Gobierno del Reino no está por la labor de que esa hipotética mayoría se pueda manifestar democráticamente con su voto, la cuestión realizada en el párrafo anterior no es baladí. Imaginemos, y no nos costará mucho imaginar, que el Estado termina por prohibir la consulta soberanista. Esto significaría que de facto, el único camino que dejaría a esa mayoría independentista sería la declaración unilateral de independencia, y ante ello; ¿Qué escenario quedaría? ¿La legalidad vigente de un Estado no reconocido por Catalunya? ¿Cómo impondrían desde Madrid una sentencia del Tribunal Constitucional?

            No creo que a nadie sorprenda la respuesta a las preguntas anteriores; por la fuerza, esto es, en un primer momento deteniendo a todas las personas que consideren impulsoras de dicho proceso constituyente, políticos, cuadros de la Asemmblea Nacional Catalana y el “entorno”, que de eso sabemos un rato por estos lares. Pongamos una cifra, 500, 1000, 2000 personas. Y ¿Después? Pues si aún tras las detenciones, disolución del Parlament, y suspensión de la autonomía catalana, los secesionistas siguen en sus trece, lo normal en estos casos. Estado de Excepción, Estado policial e incluso intervención militar si no se puede acallar al pueblo. Ese es el camino, el único camino para saltarse la voluntad de un pueblo, y quien no lo quiera ver es un ingenuo o lo que es peor un estúpido.
            Lo que acabo de decir es grave, es el último paso para destruir cualquier atisbo democrático, pero es real y plausible, y estaría bien que el Sr. Rajoy lo recordase cada vez que habla de su defensa de la unidad de ES PA ÑA, estaría bien que no se quedase en el socorrido, “no lo permitiré” y explicase el cómo lo va a impedir, y sobre todo, estaría bien que aquellos que se dicen de izquierdas, tanto PSOE como IU se posicionasen ante ese escenario. ¿Apoyarán esos partidos que el Estado pasee los tanques por la Diagonal? Por sus declaraciones parecería que sí, que aplaudirían fervorosamente al Glorioso Ejército Español a su paso por las Ramblas, y eso estaría bien que lo aclarasen.

            Por último, pero aún más importante o preocupante, ¿qué posición mantendría la población española ante esa demostración de fuerza? Tomando la palabra al Ejecutivo de Madrid, en lo referente a la vía catalana me gustaría que el pueblo español pudiese dar su opinión, al menos así sabríamos a qué y a quienes nos enfrentamos. Incluso le propongo la pregunta que debería contener el Referendum:

            Usted, como español/a, ¿Está a favor de que el Ejército Español imponga la unidad de ESPAÑA a Catalunya aunque para ello tenga que masacrar a unos cuantos secesionistas?

lunes, 13 de enero de 2014

Gilipolleces, manifas y Partido Popular


GILIPOLLECES, MANIFAS Y EL PARTIDO POPULAR

            Ha terminado un fin de semana histórico. Un fin de semana que muchísima gente recordará a lo largo de su vida. Y un fin de semana que nos ha dado decenas de “perlas” comunicativas desde los medios, y desde la Derecha más rancia, la del Partido Popular, pero también la del Partido Socialista que ya me cansa explicar que lo de Socialista es al PSOE como el Ché a las cadenas de ropa, y creo que con eso está todo dicho.

            Histórico porque una decisión rancia y estúpida de un juez rancio, y no me atrevo a decir estúpido por posibles represalias,  queriendo poner diques al mar lo convirtió en un Oceáno. Algo que no habían conseguido horas de negociaciones, de trabajo silencioso lo logró en apenas 3 horas el Juez Velasco. Ese es, sin duda, el mejor resumen que podemos hacer de las políticas que salen de Madrid. Políticas sin medida ni análisis. Prepotencia en estado puro, estupidez supina, que al igual que en Catalunya son herramientas perfectas para crear independentistas. Lo vean o no, cada paso que da este mal gobierno, fortalece a aquellos a los que dicen querer combatir. Hola, ¿Es el enemigo?

            130 mil personas recorriendo las calles de Bilbo bajo un lema, DDHH, resolución, y paz, gustará más o menos, pero es una realidad insoslayable, Euskal Herria habla fuerte y claro, aunque no exista interlocutor. El enroque de Madrid, alimentando a sus sectores más ultras no favorece a nadie y nos perjudica a todas las personas que queremos buscar la paz. Pero es que la capacidad para llegar al absurdo es tal, que uno muchas veces no sabe si las noticias que lee son fruto de una revista satírica, de un fake caprichoso, o realmente salen de “voces autorizadas”. Podría escribir un artículo simplemente haciendo un ejercicio de recopilación de estas posiciones absurdas, y tendría problema para no excederme en la longitud del mismo, sin embargo hay algunas que no se pueden obviar.

            Una de las más repetidas durante todo el sábado fue el “mantra” ese de que 130 mil etarras se manifestaban en Bilbao, algo que si ponemos en contexto nos daría mucho miedo incluso a los que estábamos en la manifestación ya que, por ejemplo, el Glorioso Ejército Español tiene poco más de 65 mil efectivos, imagínense lo que podría significar entonces esa frase. Son las mentiras “necesarias” para seguir justificando detenciones, ilegalizaciones, persecuciones, en definitiva, el “TODO es ETA” que tanto gusta.

            Con todo lo anterior, el meollo, lo realmente importante de esta manifestación es que se demuestra que este pueblo está dispuesto a avanzar, y que las decisiones populares no las paran los gobiernos, ni policías ni ejércitos, y bien harían los gobernantes de Madrid en reflexionar y tomar nota de los resultados de sus políticas confrontativas, ya sea en Catalunya, en Euskal Herria o en el mismo barrio de Gamonal en Burgos. Se multiplican los fueguitos, se encienden las alarmas, se acerca el ayer de mi anterior post. ¿Dónde vamos a estar ayer?

jueves, 2 de enero de 2014

¿DÓNDE ESTABAS AYER?


¿DÓNDE ESTABAS AYER?

            Si de algo he podido presumir a lo largo de mi vida ha sido de tener una imaginación desbordante para soñar historias, mundos imaginarios, épocas futuras, pero sobre todo, capacidad para soñar con el pasado. Porque, ¿Quién no se ha imaginado alguna vez siendo el General Custer después de ver una peli de vaqueros? ¿Ser el héroe de una aventura trepidante en la edad media? Barbarroja surcando los mares del sur, Julio Cesar conquistando la Galia, y tantas y tantas otras buenas historias.

            Hoy, recién pasada la resaca de nochevieja, cuando, quien más o quien menos, hicimos nuestras prospecciones hacia el futuro, deseándonos un futuro mejor, un año de bondades, de deseos cumplidos, hoy, precisamente hoy, yo os propongo un nuevo viaje al pasado. Me gustaría poder transportaros con mis palabras a otros tiempos, a otros momentos y lugares históricos, donde se desarrollaron grandes acontecimientos, donde nacieron mitos, banderas, batallas, victorias y derrotados, muertos, e ídolos. Pero no, no viajaremos a la coronación de Napoleón, ni a la caída de Alfonso XIII, ni veremos caer el muro de Berlín, pretendo llevaros un poco más allá, al día anterior a que todo eso ocurriese, al ayer.

            Todas nosotras hemos podido ver cientos, miles de imágenes del pueblo español echándose a la calle a celebrar la huida de Alfonso XIII y el inicio de la II República un 14 de Abril. Banderitas tricolores en las manos y los balcones consistoriales, pero, ¿Qué hizo toda esa gente el día anterior, el 13 de abril? Acaso estarían todos conspirando, encerrados en la oscuridad, con planos extendidos en mesas llenas de cigarrillos humeantes y botellas de vino rancio. Hombres sin afeitar, nerviosos planificando el advenimiento de la República. No, no parece probable. Es más, las crónicas de los días anteriores a ese 14 de abril no recogen siquiera grandes movilizaciones, de forma que ese hombre que tantas veces hemos visto encaramado a una farola en la Puerta del Sol, vestido de época, con su sombrero de ala plana, enarbolando la tricolor, probablemente el 13 de abril se levantó como cualquier otro día, fue a su trabajo después de tomar un sol y sombra en un café cualquiera, seguramente despotricó largo y tendido sobre el Gobierno, sobre el Rey y sobre su jefe, y regresó a casa con la rutina tediosa de un día primaveral en Madrid.

            La estampa que acabo de imaginar es trasladable a cuantos momentos históricos podamos soñar. ¿Cuántos obreros serían conscientes el 17 de julio de 1936 que solo dos días mas tarde tendrían que salir a la calle “naranjero” en mano a luchar contra el fascismo? ¿Y el 13 de julio de 1789, eran las calles de Paris un hervidero de barricadas, de preparativos para tomar la Bastilla?

            Habrá quién diga que sí, que el pueblo ya estaba preparado, que era un clamor popular, que todo el mundo dormía con un arma bajo la almohada. Pero lo cierto, es que el día anterior a un gran estallido social, a una revolución solo una minoría es consciente de lo que ocurrirá al día siguiente, y esa es mi esperanza para el año que acabamos de comenzar, que el descontento generalizado, que la necesidad de regeneración, de revolución, latente en esta sociedad estalle, y que hoy solo sea ayer, el día antes, cuando nada hace presagiar que mañana será un amanecer histórico que las cámaras inmortalizarán. Y ese mañana puede desencadenarse en cualquier momento, en cualquier lugar, en cualquier lucha, y ahí, junto a los nadie, a los que llenan las páginas de la historia en su anonimato, ahí quiero estar ayer.