lunes, 22 de enero de 2018

The quinqui´s remake

THE QUINQUI´S REMAKE
Todo pasa y todo queda
pero lo nuestro es volver,
volver siempre al pasado,
pasado sin avanzar.
(Y que me perdone Machado)
Si a estas alturas alguien no sabe que eran los quinquis sólo hay tres opciones, la primera que tengas menos de 30 años, la segunda que siempre hayas vivido en las zonas privilegiadas de tu ciudad, bien protegido en tu burbuja, y la tercera, la más peligrosa, que tengas amnesia selectiva y hayas olvidado más de dos décadas, final de los setenta hasta principios de los 90. Sin embargo, puedes estar tranquilo, los medios de comunicación, con El Correo a la cabeza se han dispuesto recordártelo, eso sí, sin ahondar en las raíces del problema, no vayas a descubrir que vives en un mundo de mierda.

De pronto parece que la violencia juvenil ha surgido de la nada. Varios casos macabros de menores de edad asesinando y dando brutales palizas a otros jóvenes, a adultos y a personas en la tercera edad, y ya tenemos el maíz para las gallinas. Nos presentan a una juventud violenta en extremo, organizada, pero por supuesto no toda la juventud. Nos enseñan un perfil concreto, menor de edad, pobre de solemnidad, marginado, y si pueden, inmigrante. Es el regreso de los “DJ”, delincuentes juveniles. Y buscan la respuesta rápida y contundente, y la sociedad no falla al llamado. ¡Más policía! ¡Mayores condenas! ¡Menos permisividad para los menores!

¿Qué hacemos mal? Se preguntan de forma retórica, e incluso hay algunas personas que llegan a cuestionar el funcionamiento de los servicios sociales. Esos son los “progres”, porque los conservadores lo tienen claro, la culpa es de los padres que…


Pero claro, no hay nada nuevo bajo el sol. No hace más de 30 años que vivíamos otro apocalipsis juvenil. Años duros para ser joven en el Estado español. Sí, sí, los años que ahora nos venden los nostálgicos como los mejores años de nuestras vidas. Los años de la “movida”, del punk, de la Bola de Cristal. Pero aquellos años también eran los de la heroína, de las reconversiones industriales, del paro galopante, de las bolsas de pobreza, del “NO FUTURE”.

No hay futuro. Cientos de miles de jóvenes vivían un presente de mierda que sólo podía significar un futuro peor. Sin esperanzas ni salidas, vivir al día era la mejor solución. Hoy soy joven, soy inmortal, tengo un poder, la violencia, y la utilizo, porque contra mí están utilizando la peor de las violencias, la social. La marginación, la exclusión, la pobreza, son sus armas, la mía es vivir al límite, tomar lo que necesito y deseo, tomarlo sin valorar consecuencias. Al fin y al cabo, el final para mí será el mismo.

Por esa misma razón, porque el mañana no existe y mi futuro ya me lo habéis marcado, de nada servirá más cárcel, más represión. Ya sabía que terminaría ahí, o peor, así que no tengo nada que perder, al contrario, echad más gasolina al fuego, aseguraos de que no se apague la llama, perseguidme, detenedme, marginadme aún más y tendréis una bonita hoguera de tamaño colosal. Llenad barrios como Vallekas de pisos de traficantes, volved a llenar las calles de drogas. Seguid animando la estigmatización de colectivos sociales, inmigrantes, gitanos, pobres en general, barrios enteros. Bailad pirómanos, bailad en vuestro nuevo San Juan. Y escandalizaros cuando os toque en vuestro barrio, en vuestro vecindario. Cuando las víctimas sean ancianos en vuestra ciudad con museos de titanio.

Si mirásemos al pasado con ansias de aprender de nuestros errores jamás permitiríamos gobiernos que nos roban. Jamás permitiríamos que la acumulación indecente de riqueza genere bolsas indecentes de pobreza. Jamás permitiríamos que se estigmatizara a nadie por su origen o condición. Jamás repetiríamos los errores que cometimos. Pero no hemos aprendido que a quien no tienen futuro sólo darle un futuro le salvará. Empleo, poder, participación, esa fue la receta que acabó, o al menos redujo, con los quinquis de entonces, y esa es la única receta que existe, lo quieran ver o no.


Parece mentira que 40 años después sigamos repitiendo los mismos errores. Quizás no entendimos los gritos desgarrados de Eskorbuto, Cicatriz, La polla, Los Chichos, Los chunguitos… Quizás nos creímos de verdad que la “movida” fueron sólo jóvenes “progres” de fiestón y no cazadoras vaqueras con borreguillo, un ducados en la boca y la papelina en los jeans elásticos. Quizá es que no pisabas los “barrios”, quizás no veías a los yonkis. Quizá eran lumpen para ti, como lo son hoy esos jóvenes violentos que alimentan tu sensacionalismo. Quizá es que, simplemente, te crees mejor que ellos, quizás querrías volver a poner muros de hormigón en la autopista para no tener que ver El Pozo del tío Raimundo, Gau lacho drom, Otxarkoaga, o cualquier realidad que te despierte de tu mundo de privilegio. Quizá tengamos que volver a los clásicos.



miércoles, 17 de enero de 2018

CR7 y mi jubilación

CR7 Y MI JUBILACIÓN

Ayer, el que será probablemente la persona más famosa de Madeira, se quejaba amargamente de que sus ingresos (más de 21 millones de €uros) son insuficientes, y que se siente infravalorado. Es difícil no empatizar con el astro luso cuando su antagonista generacional, el pequeño astro argentino Lionel Messi, cobra aún más que él. Pero claro, si entendemos que Cristiano Ronaldo llore por las esquinas, imaginemos como tienen que estar las más de 9 millones de pensionistas que cobran menos de 645€ al mes, 9000 € al año. Dicho de otro modo, con lo que ingresan la dupla Ronaldo-Messi, podríamos pagar más del 30% de las pensiones de la provincia de Soria. 2 personas que meten goles en prime-time cobran lo mismo que 7500 sorianos. ¡Ay si lo pensamos con el gasto salarial de esos equipos! Entonces, con lo que cobran los jugadores del Real Madrid y del Barça cobrarían todos y todas las jubiladas de esa provincia castellano leonesa y sobraría dinero para pagar algunos vinos.

Ahora bien, las que preocupan son las pensionistas. Ellas y ellos son las que ponen en riesgo al Estado. Todo está mal, todo es insostenible. Así que ayer, mientras Cristiano Ronaldo lloraba, Fatima Bañez anunciaba que el Gobierno va a proponer que para el cálculo de la pensión se tome la totalidad de los años cotizados. Y ahí me enfrasqué yo en hacer una retrospectiva de mi vida laboral, y sentí un sudor frío recorriendo mi espalda.

Mi primer contrato laboral, que no mi primer empleo, fue allá por el año 1991, cuando Reincidentes editaba “Ni un paso atrás”. Aquella primera nómina reflejaba 79.565 pts, o sea, 478€. 5 años más tarde, cuando me despidieron eran 90.000, 540€. Si me jubilase hoy mismo con los cálculos actuales mi pensión rondaría los 1500€, sin embargo, si aumentásemos la cotización a toda la vida laboral 1100€ (manteniendo la actualización de renta actual) 950€ si eliminan las medidas correctoras actuales. Y yo soy, probablemente, un privilegiado. Así que no es descabellado decir que el recorte calculado a tiralíneas por el Gobierno rondará el 30%.


No me preocupa, en mi caso, los 40 años de cotización que se exigen o exigirán o exigirían si llego a jubilarme, tengo ya 27 años de cotización, y hasta los 65 me quedan otros 20, así que si llego, me jubilaré después de más de 45 años de cotización. De modo que puede estar tranquila la Sra Villalobos, salvo que viva hasta los 115 años es seguro que habré cotizado más tiempo del que cobre la jubilación. Lo que debería intranquilizar a la Sra Villalobos y a todos esos lobos que ven el negocio de las privadas, el negocio de lucrarse de lo público mientras lo destruyen, deberían ser las barricadas que van a colapsar las calles. Deberían temblar ante la posibilidad de perder sus privilegios y tal vez algo más. Y con ese miedo deberían intervenir de manera urgente, sentarse con el Señor Florentino e inflar aún más la cuenta de Castor para que pueda subir el salario del pobre luso para que vuelva a meter goles y la afición se alegre.

lunes, 8 de enero de 2018

Oasis vasco; De Miguel

OASIS VASCO; De MIGUEL

Hoy, 8 de enero de 2018, empieza el macro juicio del llamado “Caso De Miguel”. Un macro juicio en el que se juzga a nada más ni nada menos que  26 personas, en el que ha sido catalogado como el mayor juicio contra la corrupción en Euskadi. 8 años 8, han tenido que pasar para que lleguemos a este punto. En este tiempo el Fútbol Club Barcelona ha ganado 5 ligas y se han destapado otras 12 tramas corruptas en el Estado. Rapidez, cómo cuando se detiene a alguien por escribir un tweet.

8 años en el que pocos se acuerdan de que va el tema. 8 años que permiten decir al Partido al cual pertenecían los 26 acusados, que ya no tienen relación con “esas personas de las que usted me habla”. Aunque sí tuvieran relaciones con ellas mientras delinquían (presuntamente), y aunque el delito se hiciera (presuntamente) gracias a esas relaciones con “el Partido” siendo el Sr. De Miguel el número 2 del Partido en Araba. Así que el PNV sigue y seguirá diciendo que es un Partido incorrupto como el brazo de Santa Teresa que adornó el Pardo en tiempos del dictador.

8 años, 3 Diputados Generales y 2 Lehendakaris después, el PNV, ese Partido al que ya no pertenecen los acusados, gobierna todas y cada una de las principales instituciones de la CAPV. Un árbol con buen arraigo, del que han salido algunos frutos podridos, dicen. Las manzanas, los 3%, esos de Catalunya, de España, y también del Oasis. Demasiadas coincidencias para no dudar de la pureza de las ramas y el tronco.

Pero no importa, nada importa, todo seguirá igual, es lo que tenemos, es lo que queremos, así pasa elección tras elección, ni De Miguel, ni Epsilon, ni Hiriko, ni sobrecostes del TAV, ni gasolineras, nada. Igual que no afectan la Gürtell, Palma Arena, Pokémon, ERE, u otros en el Estado. Difiere el ladrón, los robados son los mismos y siguen igual de contentos. Así que no me demoro en análisis sesudos, ni críticas demoledoras, ¿para qué? Si queremos que nos gobiernen ladrones, que marquen goles ladrones, que decidan nuestro futuro ladrones, y llenamos las prisiones con quien roba una gallina, y consideramos menos que lumpen a quien entra en un Mercadona con un carrito, quizás el camino más rápido sea bajarse de este mundo que no es mío, lástima que seguramente las paradas de este tren también las dirijan quienes me roban.


Lo dicho, hoy comienza el enésimo juicio contra la corrupción, con la novedad de que éste se celebra en el tan cacareado Oasis Vasco. Oasis con aguas tan corrompidas como en el resto, o tal vez más, pero, ¡ay! si Urkullu no hace de Puigdemont jamás sabremos si Pujol tenía un homónimo en el Cantábrico.