lunes, 3 de diciembre de 2018

VOX y la batalla de Zama


VOX Y LA BATALLA DE ZAMA

La batalla de Zama puso fin a la segunda guerra Púnica entre Roma y Cartago. En aquella ocasión Escipión, general de las tropas romanas, amagó con la retirada  de manera que las tropas cartaginenses, creyendo en su victoria, salieron a la captura de la presa en retirada sin percatarse de que dejaban desguarnecida su propia retaguardia por dónde el general romano atacó sin cuartel. Anibal huyó con el rabo entre las piernas. De vencedor a vencido.
Algo así, y permítanme la licencia, está sucediendo con la política hispana en los últimos años. Algo así explica los resultados de las elecciones andaluzas y el crecimiento de VOX. Érase una batalla que empezaba, éranse unos cazadores que vendían pieles de osos antes incluso de saber si estaban, érase una derrota prevista.
La crisis trajo lo nunca visto en Hispania, la derecha se fragmentaba. Al PP le salía un hijo algo escorado a la derecha al que le gustaba jugar al despiste, C´s. La izquierda, o las pseudoizquierdas, o lo que usted desee, se frotó las manos. A la izquierda del PSOE nació algo nuevo, a medio camino de la Izquierda (des)Unida, con la que pronto hizo migas. En los primeros escarceos, izquierda y derecha se miraron, contemplaron sus fuerzas, y los segundos ganaron terreno, los primeros retrocedían tímidamente. Campanas al vuelo, el sorpasso, la sorpresa en la Condomina. Pero no. Eso sí, el suficiente avance para que la derecha se pusiera aún más nerviosa.
A la derecha de la derecha, agazapado esperaba un desahuciado del PP. Abascal, esperaba con paciencia su momento, y ese ha llegado. Eran dos, ya son tres, solo falta Blas Piñar.
La derecha parecía en retirada hacia … la ultraderecha y la izquierda entro al trapo, al cortoplacismo. En lugar de seguir su plan de batalla (ya dudoso por otra parte) se lanzan a cabalgar hacia el espacio que la derecha deja descubierto. No somos tan comunistas. No somos tan socialistas. ¡Eh, español de derecha moderado, puede votarnos! Y las huestes del PSOE y de Podemos se lanzan a tomar la colina, no miran la retaguardia, no miran a sus bases. No hace falta. ¡A mí la legión, que los arrollo!
Y entonces llegaron las elecciones andaluzas. Y no, detrás de los líderes no había nadie. Se quedaron en casa. No iban a morir por algo en lo que no creían, y, ¡oh, sorpresa!, la derecha desunida sigue sumando lo mismo que unida, incluso más. Además, al contrario de lo que ocurre con las diversas izquierdas, en la derecha no hacen ascos a sus pares por quítame aquí esos pelos.
VOX entra en el Parlamento Andaluz. Parece que la derrota fuera completa. Lo será si no cogemos el otro extremo de la cuerda. Es física básica. Si tiran desde un extremo es imposible detenerla desde la mitad, se requiere la misma fuerza desde el otro extremo. Pero no, tranquilos, que yo no sé nada. Sigan corriendo a ocupar los espacios que abandonan los demás, juguemos todos bien pegados a la línea y abandonemos nuestra retaguardia.
Los barrios y pueblos más pobres de Andalucía han tenido una abstención superior al 80%. Piensen antes de hablar, y prueben a cambiar el juego a la otra banda. Rojo, abajo y a la izquierda, no queda otra.

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