lunes, 14 de septiembre de 2015

La Boda

LA BODA

            La coherencia está sobrevalorada, eso es algo que siempre he mantenido y mantendré. Por supuesto que creo que es un valor a preservar, aunque la defensa a ultranza de la misma nos lleva irremediablemente al dogmatismo. Por tanto, como con cualquier otro condimento de la vida, hay que saber conjugar la dosis justa para que el plato tenga buen sabor y sea digerible. Y es que, si defender la coherencia hasta el extremo nos lleva al dogmatismo, no tener ningún tipo de coherencia entre lo que se dice y lo que se hace nos convierte en veletas sin criterio ni sensatez. Sin embargo, hay que diferenciar la incoherencia con la hipocresía. Ésta última es la que guía los pasos de la mayoría de los políticos del Partido Popular, partido hipócrita dónde los haya.

            Hipocresía; Fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan. (definición de la RAE) En base a esta definición estoy convencido de que todos y todas las que leáis este post podréis sacar mil y un ejemplo de esos fingimientos constantes. Sin duda uno de los mejores, y con mejor puesta en escena fue ver a la Señora Cospedal, kufiyya al cuello, diciendo que el Partido Popular era el Partido de los trabajadores. (Si esto fuera un documento audiovisual aquí es donde entrarían las risas enlatadas) El Partido que ha atacado y casi destruido todos los derechos de la clase trabajadora se declara único defensor de los mismos. Un oxímoron más, recurso literario ineludible para ser un buen hipócrita, y el PP lo domina a la perfección. Sin embargo los miembros de este Partido alcanzan el sumun de la hipocresía cuando sus ideales políticos se entremezclan con una suerte de moralidad judeo-cristiana selectiva.

            Selectiva sí, porque si bien es cierto que esa moralidad está muy presente cuando legislan temas como el derecho sobre su cuerpo de las mujeres, o sobre la defensa de la familia de tradición judeo-cristiana, no existe tal moralidad para legislar sobre el lucro individual y la usura tan presente en el Nuevo Testamento, y por supuesto, moralidad que desaparece totalmente cuando el tema es la venta de armas o el intervencionismo militar. Pero cómo habrás deducido este post no va de estos casos, sino de aquellos que están imbuidos  de mucha moralidad.

            Todas somos conscientes de que, mientras sus asociaciones pro-vida claman contra el aborto, o ellos mismos legislan contra ese derecho, sus propias hijas, esposas y compañeras han abortado, del mismo modo que se opusieron al divorcio y el Señor Cascos ya va por el tercero. E igual ocurre con el matrimonio entre personas del mismo sexo. Mientras claman contra él, mientras presentan recursos ante el Constitucional, este viernes en Gasteiz el ex-alcalde mediático y actual tándem xenófobo-festivo junto a Albiol, el Señor Maroto, se casa. Zorionak Alkate ohia!! Se casa gracias a una Ley contra la que su Partido se ha mostrado y se muestra beligerante. Y por si esto no fuera poco, su compañero de Partido y también gay, el Sr. Oyarzabal se ofende si se le pregunta por la opinión de sus partenaires populares. Así es la hipocresía.

            Pero la boda de Maroto no es sólo una muestra más de esa hipocresía, sino que además sirve para seguir engordando el ego ya de por sí inflado de nuestro ex-alcalde. Una boda de un ciudadano más que no debiera ser noticia más allá de un pequeño apartado en la sección de Sociedad de los periódicos locales se ha convertido en tema de conversación y tertulia en muchos rincones, no ya de Araba, o Euskadi, sino en todo el Estado. La boda del año sin duda. Boda que incluso modifica las normativas municipales para permitir al ex-edil casarse un viernes por la tarde, un privilegio que ningún otro ni otra gasteiztarra puede disfrutar, pero claro, él es Maroto, azote de infieles y el yerno favorito de las madres del PP

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