miércoles, 10 de septiembre de 2014

bebé rico, bebé pobre


Bebé pobre, bebé rico
(las injustas deducciones fiscales)

            Cualquier sociedad que ansíe alcanzar un estatus elevado de justicia social deberá comprender, defender e impulsar un sencillo axioma recogido como artículo 1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que dice; Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”. Sin embargo, entre el quiero y no puedo, o simplemente el no quiero, los DDHH son anulados e ignorados incluso por aquellos que en su día los firmaron. Y es que, en este inhumano Sistema en el que vivimos el cumplimiento de estos derechos es, sencillamente, inasumible.

            Para ejemplarizar lo anterior voy a utilizar en este post un asunto que podrán llamar menor, e incluso habrá quien diga que poco tiene que ver con los DDHH; la fiscalidad, y más concretamente, las medidas fiscales para el apoyo a las familias (1). Medidas que tienen como finalidad ayudar a las familias con hij@s mediante desgravaciones fiscales. Y utilizo este ejemplo en concreto sencillamente para mostrar cómo, ya desde el momento en que nacemos, nuestros derechos estarán marcados por la cuna y no por el hecho de ser persona.

            Si bien estas medidas fiscales nacen con la vitola de Universales, y por tanto, se presuponen accesibles a toda la población que tenga hijos a su cargo, el mero hecho de que se traten de deducciones en el IRPF ya deja fuera de este derecho a todas aquellas personas que sobreviven con pensiones no contributivas, a quienes no tienen ingresos, o a quienes se encuentran en exclusión social. Hablamos por tanto de más de 10.000 personas en Araba que no se pueden beneficiar de dichas deducciones.

            Por otro lado, estas deducciones que sobre el papel son iguales para todas las personas beneficiarias, al tratarse de un porcentaje deducible por hij@, se convierte en realidad en una forma de baremar el valor que el mercado otorga a un/a niño/a en virtud a la cuna en la que nace. Algo que podemos comprobar fácilmente con las siguientes tablas, la primera (verde) está calculada con las deducciones actuales, la segunda (roja) con las modificaciones propuestas por Javier de Andrés para Araba;




1hijo   
2hijos
3hijos
4hijos
5hijos
13.000€
-390€
  -390€
  -390€
   -390€
   -390€
68.500€
-585€
-1309€
-2535€
-3980€
-5868€


1 hijo
2hijos
3hijos
4hijos
5hijos
13.000€
-390€
   -390€
   -390€
   -390€
   -390€
68.500€
-626€
-1400€
-2788€
-4457€
-6572€


            Cómo podemos observar, el primer caso, el de una familia cuyos ingresos son de 13.000 € anuales, unos 900€ al mes, la deducción por hijos es siempre la misma, 390€. Esto se debe a que nunca se puede desgravar mayor cantidad que la retenida, y en su caso, la retención correspondiente a ese salario es del 3%. Sin embargo, por contra, en el segundo caso, que sería aplicable por ejemplo a Arantza Quiroga, ya que esos 68.500€ son el salario de un parlamentario vasco, la cantidad varía de los 585€ del primer hijo, a los 5868€ del quinto. Estas cantidades se ven aumentadas por la reforma propuesta por el Sr. De Andrés, mientras en el primer caso no sufren variación.

            Con estos datos (totalmente contrastables) podemos llegar a una sencilla conclusión; en el caso de una familia que sobreviva con 13.000€ anuales y con 5 hij@s a su cargo, el valor que esta Diputación otorga a sus hij@s es de 78€ frente a los hij@s de Arantza Quiroga que estarían valorados en 1315€. ¿Dónde queda por tanto el Art. 1 de la Declaración de los DDHH? ¿Dónde la tan cacareada igualdad?

            ¿Ayudas a la familia? Sí, pero desde luego no con este modelo.

(1) Hay que aclarar que para la elaboración de este artículo hemos tomado la definición de familia que se utiliza como normativa, (padre, madre e hijos) aunque no compartamos dicha definición única y granítica.

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