LA
SEMANA FANTÁSTICA DEL TOP FRANQUISTA
Por si alguna de las personas que
lee mis post no lo sabe, desde mayo de 2011 estoy en un paréntesis laboral. Son
ya 6 años dedicados a esto de la política en un Parlamento Foral. Muchas son
las anécdotas vividas, las experiencias que voy acumulando. De todo hay,
positivas, negativas, sorprendentes, irrisorias. Y a cada paso una certeza;
tenía razón, las instituciones jamás serán la solución para el pueblo, aunque,
mientras no seamos capaces de asaltar los cielos, tendremos que conformarnos
con hacer camino en su campo de juego.
Sin embargo, hay momentos,
muchos, demasiados, en los que la frustración hace acto de presencia. Es
desesperante escuchar conceptos como “Estado de Derecho”, “Democracia”, “Justicia”
y tantos otros, pervertidos y prostituidos por quienes defienden cualquier cosa
menos eso. Es doloroso ver como ciertos partidos se arrogan ser los mayores
defensores de estas ideas mientras nos mantienen en un Estado Policial
continuista del franquismo. Y aún es más doloroso ver cómo, quienes decían
venir a subvertirlo todo, miden tanto sus pasos que no avanzan, y retroceden y
se achantan cuando les atacan. Y así estamos.
Febrero de 2017 está resultando
un mes resumen, el mes más breve del año nos podría servir para realizar una radiografía
de la realidad de un Estado que nunca ha dejado el totalitarismo. España es una
democracia fracasada o un fascismo triunfante, cada uno que lo defina como
desee, pero desde luego no es, ni ha sido, ni parece que vaya a ser un Estado
de Derecho. Un Estado que ni siquiera respeta sus propias leyes no puede
definirse así. Y sí, hablo de las políticas de excepción usada con los presos
independentistas vascos, pero también gallegos y, de un tiempo a esta parte,
extendida a toda disidencia.
Presos gravemente enfermos que
continúan en prisión contra toda Ley y lógica. Presos que han cumplido ¾ partes
de la condena y que no tienen beneficio penitenciario alguno. Presos alejados
de sus familias cientos, miles de kilómetros. Abogadas que pasan 3 años en
aislamiento a la espera de un juicio que aún no se ha celebrado y a la que se
acusa de defender a militantes de ETA, poniendo en la diana el derecho de
defensa.
Poco a poco, vamos aceptando que
estas políticas de excepción se extiendan. Nadie está libre. Sindicalistas vascos o andaluces. Raperos que pasan
como un goteo por la Audiencia Nacional, el Tribunal de Orden Público
franquista que sólo ha maquillado el nombre. 3 años y medio de cárcel por una
canción que describe al Rey Emérito. Jóvenes de Altsasu acusados de terrorismo
por una bronca en un bar de la que no se cuenta nada o poco. Políticos catalanes acusados de poner urnas. Y así vamos
sobreviviendo, esperando que la próxima redada no nos esperen a nosotras, ésta
semana que pasan por el TOP siete personas por escribir en Twitter chistes y
opiniones. Y este es su Estado de Derecho, mientras princesas con sus sapos
esquían tranquilas.
Pero no nos engañemos, “el opresor no sería tan fuerte si no
tuviera aliados entre los oprimidos” No podemos señalar sólo a quien ejerce
el poder, sino a todas las personas que le prestan su apoyo y los mantienen en
él. Ya sean 8 millones de votos, ya sean con silencios cómplices. No tenemos
tiempo ni para dudar. Ya nadie está libre de pecado. La policía del pensamiento
ya está aquí y la autocensura es realidad. ¿Frustrado? Sí, y un poco asqueado,
porque los parlamentos no dan para más, y las calles están calmas.
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