ERREKALEOR, UNA
PIEDRA y UN ZAPATO
“A todos los
gasteiztarras les gustaría vivir sin pagar el alquiler, el agua o la
electricidad” Peio Lpz de Munain concejal del PSE en el Ayto de Gasteiz
“El ser humano nace,
crece, se reproduce y muere” definición de la vida en un libro de la EGB.
Ambas frases son verdad. Ambas frases son una mierda. Supongo
que todas, que ya tenemos una cierta edad, asumimos que la vida es un poquito
más complejo que esa definición. Pues de igual manera debiéramos asumir que la
okupación es algo mucho más complejo que dejar de pagar unas facturas. Sin
embargo, la sencillez, la candidez vende, y nuestros amados líderes liberales
lo saben de sobra. Así que, con la limitación que concede un post voy a
intentar desmontar unas cuantas verdades absolutas sobre Errekaleor y eso que
denominan movimiento okupa.
“Los okupas son 4 jetas
perro-flautas” Herederos
de los hippies y el Punk añado, aunque nada esté más lejos de la realidad. La
ocupación existe desde el mismo momento en que existe la
propiedad privada. Toda propiedad puede ser ocupada por otra persona.
Viviendas, tierras, fábricas. La necesidad, la injusticia, o el interés
político de cada momento ponen el límite. No es algo moderno y mucho menos una
moda. Del Imperio Romano a nuestros días nos ha llegado toda una legislación al
respecto. Un ejemplo de ello es la usucapión, proceso por el cual una persona
que ha ocupado o usado una propiedad abandonada por su dueño por un espacio de
tiempo determinado pasa a ser el propietario legal del bien.
A lo largo de la historia se han sucedido procesos
individuales y colectivos de ocupación de la más diversa índole, demostrando la
heterogeneidad de estos procesos. Y en el mismo Errekaleor, si nos molestamos
en acercarnos, veremos que conviven personas de muy diverso origen y con
objetivos vitales divergentes. Pero siempre es más fácil atacar si pensamos en “los
okupas” como un todo granítico e inmutable.
“Los okupas viven fuera
de la Ley” “Todos tenemos la obligación de cumplir las normas de convivencia de
que nos hemos dotado” Dicho así como negarlo. Pero lo cierto es que la Ley es moldeable y está
sujeta al interés político del momento. Lo que ahora es ilegal mañana puede
dejar de serlo y la ocupación no está al margen de esa realidad. De hecho, como
he dicho antes, si la ocupación fuera negada totalmente no se recogería la
usucapión. Pero además, en diferentes épocas y estados, incluso ha sido
promovida o consentida por el poder. Procesos de ocupación de fábricas que han
terminado siendo nacionalizadas, de tierras de cultivo y reformas agrarias… o
un caso que seguro escocerá a más de uno, la ocupación como arma del Estado
para colonizar otro territorio tal y cómo hace el Estado sionista de Israel con
los “asentamientos” en Gaza y Cisjordania.
“Errekaleor no es la
utopía perfecta que algunos se piensan” Toma, y el Capitalismo no es EL paraíso, y en la URSS no
ataban perros con longanizas. Esta afirmación me encanta, porque además suele
venir de personas que se dicen contrarios al sistema actual y a quienes un
proceso de ocupación y autogestión coloca en unas contradicciones incómodas
(como a todos, incluido a quienes ocupan) Errekaleor no es perfecto, yo
tampoco. Es una prueba empírica de otro modelo, y cómo tal, como experimento,
tendrá errores y aciertos, pero mal haremos quienes abogamos por crear
alternativas a este sistema depredador si arrancamos cada brote que surge sólo
porque nos parezca que el tronco se está desviando. ¿Cómo encaja un olivo en un
bosque de rectos pinos?
Podría seguir y escribir un buen tocho, (de hecho lo tengo
escrito), con mucho más detalle, pero un post da para lo que da. Lo cierto es
que Errekaleor es una piedra en el zapato de quien gobierna. No lo matará, pero
lo incomoda. Y arrancarlo ahora que está naciendo es más sencillo que
arriesgarse a que arraigue, a que puedan llegar a apostar por no tener que “robar”
o, mejor dicho, expropiar la electricidad al ladrón (IBERDROLA) y lograr
autosuficiencia energética, o pongan en marcha procesos de gestión de residuos
propios y sostenibles. Porque si eso ocurriese estarían perdiendo muchos de sus
argumentos “incontestables”. O quizás no, quizás tengan razón los agoreros y el
experimento de Errekaleor fracase. Pero si es así, si tan seguros están de su
fracaso ¿Por qué no dejar que muera por sí mismo?
Por último, mal haríamos en intentar instrumentalizar
políticamente este u otros movimientos de ocupación, y mucho peor si alguien
tiene la tentación de defender su institucionalización. Nada ha sido más dañino
para las expropiaciones de fábricas que la legalización e institucionalización
a través de las Sociedades Anónimas Laborales. Sea como fuere, Errekaleor
existe y resiste, y mientras lo haga es obligación de todas quienes creemos que
hay que forjar alternativas reales, defenderlo. Sin caer en la tentación de querer
convertirnos en guía, dejando que cometan sus errores y estando a su lado para
aprender de sus aciertos. Porque Errekaleor es la piedra en un zapato que nos
queda pequeño, muy pequeño.
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