LA HEROÍNA HECHA
SOCIEDAD
Después de la tormenta siempre llega la calma. Ardió
Galiza y ahora toca la reconstrucción. Como en ocasiones anteriores,
también en ésta hemos escuchado esa frase lapidaria “Sí, sí, ahora protestan, pero en las próximas elecciones volverá a
ganar el PP con mayoría absoluta”. Pasó con el Prestige, pasó con el Alvia,
y otras tantas veces antes de los incendios. Y quien lo pronuncia se queda tan
ancho. Con esa aura de superioridad moral que le otorga pensar que en su comunidad
de vecinos no ocurre lo mismo, ya sea con el PP en la Meseta y alrededores, con
el PsoE en Andalucía, o el PNV por estos lares.
Piensan, o pensamos, que los galegos son tontos, que no son
conscientes de que estos incendios son provocados por la nefasta gestión que se
hace de los montes, del agro, del rural. Pero no es tan sencillo. Es la lucha
constante entre lo posible y lo inmediato. Eres un parado de larga duración y
te dicen que tu futuro pasa por formarte y que en cuatro o cinco años, con una
titulación encontrarás trabajo, pero tú necesitas pagar la hipoteca mañana,
necesitas poner un plato de alubias sobre la mesa hoy mismo. ¿Me formo o acepto
ese trabajo de mierda, explotado que apenas me dará para subsistir? Y es con
este dilema con el que se compran voluntades, votos y elecciones.
¿Acaso somos tan ingenuos y pensamos que los andaluces no son
conscientes de que su situación viene derivada de las políticas coloniales
implantadas durante décadas, y que el PsoE no hace sino perpetuar? Pero la
solución lleva tiempo, inversión, y no pocas incertidumbres. Y sin embargo el
PsoE les da, o así lo creen muchos, la certeza del PER, de la inmediatez. No
soluciona nada y los ata a un modelo que los condena, sí, pero a la vez, en lo
inmediato les da una pequeña seguridad.
Esa también es la política generalizada para el primer sector
en Europa. Necesitamos un cambio de modelo, un cambio en los hábitos de
consumo, de cultivo, de explotación, y eso los primeros que lo saben son los
propios agricultores. Pero al mismo tiempo son conscientes de que ese cambio
supone años duros, muy duros, de inseguridad y de desconocimiento de qué se
encontrarán al final del camino. Por el contrario, la política de subvenciones
les asegura la subsistencia a corto plazo. Lo inmediato otra vez enfrentado a
lo necesario.
Esa es también la situación de Galiza, y eso lo saben muy
bien Feijoo y sus caciques. Por eso la Xunta ha tardado tan sólo 72 horas en
aprobar un paquete extraordinario de ayudas a las personas afectadas por lo que
ellos llaman “terrorismo incendiario” con el fin de lavar su responsabilidad.
Las ayudas serán una miseria en comparación con el daño perpetrado, y no
suponen una garantía de no repetición de la tragedia. Y eso lo sabemos todas,
sí, pero la solución requiere de años, décadas de inversiones que no darán
beneficios inmediatos y el PP me ofrece morfina para el cáncer que me han
provocado. Vivimos y soportamos un Sistema que además de ser asesino y
depredador produce dependencia. La heroína hecha sociedad.
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