martes, 18 de julio de 2017

Somos los nietos

SOMOS LOS NIETOS…
Seguramente muchas de las que leáis este post al ver el título habréis empezado a tararear el tema de La Polla, “Somos los nietos de los obreros que nunca pudisteis matar…” Y hoy vengo a deciros que, aunque puede que muchos lo sean, la verdad es que en este Estado de Desecho en el que vivimos son más quienes son nietos y biznietos de los fascistas que alcanzaron el poder. Así es. Duro y descarnado. El golpe de estado se llevó por delante a varias generaciones de luchadoras. Muertos en la batalla, asesinados en la retaguardia, represaliados en la derrota, humilladas, emigradas a los campos de concentración franceses, a la lucha contra el fascismo en la II Guerra Mundial, a Auschwitz, a México,… Partimos en clara desventaja.



Hoy, 18 de julio, las redes arderán denunciando aquel golpe y a quienes aún hoy lo perpetúan. Yo siempre he celebrado el 19. El sueño, la utopía de una revolución social inconclusa. De la Diagonal repleta de barricadas y naranjeros sin aroma a azahar. De Durruti, de los hermanos Ascaso tomando el cuartel de Atarazanas. Del cuchillo y la mantequilla en Aragón. De las puertas del Pilar. De la enésima traición. De la defensa de Madrid. Prefiero pensar en el sueño truncado.

Después la noche más oscura para unos, el sol eternamente en su cenit para los vencedores. Armados de poder, de bula, de impunidad. Sin transición, sólo un leve girar y algo de maquillaje. Pero al otro lado no queda casi nadie. ¿Quién defenderá las Ramblas? Llegamos al 81º aniversario de la derrota, y no se han recompuesto las defensas. 81 años de Una, Grande y Libre que abrazan derecha e izquierda al unísono.
Es cierto, despierta levemente la conciencia. La rebeldía acallada. Hoy se ven más tricolores en los balcones. También resurgen viejas pretensiones catalanas. El pueblo vasco parece decir algo, pero sus Jauntxos todavía están valorando su precio en el mercado, como aquel 18 de julio, como aquel acuerdo de Santoña. Pero la revolución quedó olvidada. Nadie asalta los cielos. Se aspira a la nada.
Toda violencia injustificada, aun cuando los tanques en Bruch nos recuerdan a Queipo, Mola, Sanjurjo, Franco. Si hoy es 18 de julio, mañana no habrá nadie tras las barricadas. Quizás otro Largo Caballero firme otra traición por un puesto en el Consejo de Estado.


Se equivocaba Don Gregorio al gritar; “si conseguimos que una sola generación crezca libre, tan solo una sola generación, ya nadie les podrá arrancar nunca la libertad, nadie les podrá robar ese tesoro” o quizás tenía razón y lo que nos falta es libertad, y la libertad cuesta, no vendrá con batucadas. Así que hoy, 18 de julio, a 81 años de la barbarie perenne, con los tanques a las puertas de la Ciudad Condal, hazte una pregunta; ¿A qué abuelo vas a honrar? La primera batalla del sueño se librará en octubre, 100 años después, no caben medias tintas. De perfil sólo los reyes en las monedas.


“Quien quiera ser águila que vuele. Quien quiera ser gusano que se arrastre, pero que no grite cuando le pisen”

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