¡QUÉ SE MUERAN LOS
VIEJOS! (pobres)
Ya está, ya lo he dicho, que se mueran todos… menos yo. Ya lo
dijo la inefable Christine Lagarde “Los ancianos viven demasiado y son un
peligro para la economía”. La susodicha, con 61 años, está a un paso de
suicidarse para aligerar al Sistema de su gasto. Y es que ya se sabe, los
viejos son una carga. Se pasan el día ociosos, viajando con el IMSERSO, y
encima requieren muchos cuidados, muy caros. ¡Eh! Que los niños también, pero
claro, estos son una inversión de futuro, mientras que los viejos sólo tienen
pasado.
Hoy he leído un nuevo informe vacuna, de los que te van
inoculando miedo para que no te duela “su” verdad cuando llegue. Ese informe
que nos dice que por cada cien jóvenes viven 145 pensionistas. Pánico. ¡Esto es
insostenible! Así no podemos ir a ningún sitio. Hay que retrasar las pensiones,
o mejor eliminarlas. Volvamos a la selección natural, que sólo sobrevivan los fuertes,
los capaces de trabajar, o los ricos, que estos no molestan y pueden vivir
hasta que deseen, y son una gran pérdida para la humanidad. Fíjense en Amancio
Ortega, 81 años, pero ahí sigue, al pie del cañón, recibiendo dividendos
multimillonarios y donando máquinas contra el cáncer. Ese es el modelo.
Tenemos un problema. Por lo visto para llegar a viejo lo
importante ya no es la calidad de vida, lo importante es que haya relevo
generacional. Poneos a procrear ya, coño, que yo tengo la jubilación a la
vuelta de la esquina. Pero claro, lo de procrear mucho tampoco es sostenible.
La vida está muy mal, es muy cara, no hay futuro, y además, un 30% de los que
nazcan estarán condenados al paro. ¡Vuelvan los Sex Pistols! ¡No Future!
Añadamos a la ecuación que todos los estudios científicos
aseguran que el planeta está
superpoblado. La economía está sobrecalentada. Ya no es problema de que
no haya comida para tantas bocas, sino que la acumulación de riqueza no da más
de sí. En el 1% ya no caben más. Molestamos. Y los que más molestan son los
viejos. Así que vamos a ir haciendo propuestas para dar soluciones antes de que
sea demasiado tarde.
Alarguemos la edad productiva. ¿Hasta dónde? Hasta que la
persona en cuestión considere que el poco dinero que ha podido ahorrar le dará
para subsistir hasta el fin de sus días. Si eso no se da que done la última gota
de su sangre en la obra. ¿Pensión de jubilación? La que se pueda pagar.
La sanidad como los talleres. A partir de cierta edad las
averías no se arreglan, siniestro total. Centremos nuestros pocos esfuerzos en
reparar los engranajes productivos, el resto es vicio, y los vicios que se los
pague cada cual. Esto incluye todo tipo de cuidado. Residencias para quien
pueda, al resto que lo cuiden en su casa que para eso están las mujeres, que
las tenemos ociosas y les está dando por pensar.
Y si todo lo que te cuento no te convence, entonces tú
también nos sobras, rojo, disidente y antisistema. Si crees que la vida es otra
cosa, que tiene que ver con sentir, ser, disfrutar, compartir… eres un estúpido
que no ha entendido nada, esa es la vida de los elegidos, la tuya tiene que ver
con ser un engranaje perfecto de esta maquinaria. Nace, crece, reprodúcete lo
justo, produce, consume y muere. Y a poder ser hazlo joven y por alguna patria,
que ya nos lo dice Goldman Sachs, “hace falta una gran guerra o una fuerte
recesión”
No hay comentarios:
Publicar un comentario