62,5 AÑOS NO SON
NADA
No lo son. Sesenta y dos años y medio son menos que los 80
que lleva el franquismo gobernando España con diferentes maquillajes, y ahí lo
tienen, lozano y resplandeciente. Sesenta y dos años y medio por el tobillo de
un Guardia Civil lo convierte en el tobillo más caro de la historia, ni el de
Messi tendrá esa tasación.
Es cierto, y raudos saldrán de la caverna para recordárnoslo,
que se trata de la petición fiscal, que esta será reducida seguramente por el
juez o la jueza. Pero cabe decir dos cosas. Por mucho que se reduzca dicha
petición, la condena huele a exagerada, vengativa y ejemplarizante, pero no
huele a justicia, la mires por donde la mires. Y tampoco es tontería pensar que
la fiscalía, esa que pide sesenta y dos años y medio por un tobillo roto a un
Guardia Civil fuera de servicio y en un bar a las tantas de la madrugada, es la
misma fiscalía que ejerce de defensa cuando el acusado es alguien de la Familia
Real, o del PP o…
62,5, sesenta y dos años y medio, hirurogeitabi urte eta sei
hilabete, LXII, lo digas como lo digas es una condena a muerte. Sí, es así.
Basta mirar las estadísticas de las prisiones españolas en las que mueren más
de 200 reos al año y con esta barbaridad de años… tienes más boletos que Fabra
en la lotería de Navidad. Y sí, ya sé que no se cumplen íntegros, pero sigue
siendo una condena a cadena perpetua, ¡Por un tobillo!
En total han sido 375 años los que pide la fiscalía para ocho
jóvenes de Altsasu por una pelea de bar que de haber sucedido en Alcántara se
hubiera saldado con multas de entre 600 y 6000€. Y las comparaciones son
odiosas. Para los responsables (juzgados) de los GAL se pidió en su día 271
años por 27 asesinatos. No cumplieron ni un 10% de esa condena. 22 años piden a
una “manada” de descerebrados que violaron, robaron y golpearon a una joven. El
kilo de Guardia Civil se paga muy caro, parafraseando a Federica Montseny.
Hoy me hierve la sangre. Esto no es un Estado de Derecho.
Vivimos subyugados a un Estado de Desecho permanente. Y que nadie vea aquí una
justificación de los hechos. Creo que nunca se puede justificar una paliza
grupal a las tantas de la mañana, por muchos “peros” que se quieran poner. Pero
de ahí a juzgar por terrorismo una bronca tabernaria va todo un abismo.
Pero también me hierve la sangre por el silencio cómplice de
quien piensa que no va con ellos. ¿Dónde se metieron ayer, dónde se meten hoy,
los excelsos líderes de la “nueva política? Al menos Garzón e IU han hablado,
pero ¿dónde están esos de la “política sensata”, esos “indignados” de coleta? Del
enemigo sé que debo esperar, cuídate de quien se dice amigo y calla.
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