LAPIDANDO
AL MAQUINISTA
Se me revuelven las tripas. No por el accidente, que
también, sino por la forma en que se está tratando el asunto. Hoy en todos los
periódicos aparece el perfil de Facebook del maquinista, en él, presume de ir a
200 km/h en un viaje que hizo en 2012, y claro, todo el mundo está ya con sus
piedras en la mano, porque este señor es culpable. Ya esta crucificado. La
presunción de inocencia con la que tanto cuidado tienen al señalar a personajes
de alta alcurnia, se queda en agua de borrajas cuando se trata de un ciudadano
llano. Este señor es culpable, que viva con ello, ya que no lo podemos matar.
Cuando estudié Prevención de Riesgos Laborales, una de
las cosas que más suele sorprender es que el empresario debe proteger al
trabajador incluso de su propia imprudencia. ¿Qué significa esto? Quiere decir
que, entre otras cosas, se deben poner todos los medios para que las posibles
(y previsibles) distracciones o errores de los trabajadores no puedan
desencadenar un accidente. De esta forma cuando un carretillero quiere coger un
peso superior al que su máquina lo permite esta se limita y no permitirá que se
inicie la acción que puede acarrear consecuencias desastrosas. A todos en mayor
o menor medida nos protegen este tipo de mecanismos automáticos.
Entonces, ¿por qué un señor puede entrar a 190 km/h en
una curva catalogada por el Ministerio de Fomento como peligrosa? ¿por qué
existe esta curva de estas características en un tren con un trazado tan
reciente? Más aún ¿por qué no se activaron las balizas que limitan la velocidad
de los trenes para que el tren se ajustara a la velocidad adecuada para ese
tramo? ¿No funcionaron por falta de mantenimiento? ¿O es que ni siquiera había
medios para evitar este tipo de situaciones? Seguro que esto también es culpa
del maquinista.
Este tipo de trenes que alcanzan velocidades tan altas
no pueden depender de la capacidad de reacción de las personas, deben de tener
medios automatizados para evitar los accidentes. Haberlos hailos, ¿no
funcionaban o no estaban implantados en este convoy?
¿Que clase de trenes tenemos que no prevén
contingencias como que el maquinista deje de estar en condiciones para dirigir
el convoy? Se desmaya, se duerme, le da un ataque epiléptico,…
¿Se duerme? ¡O dios mío! Que falta de profesionalidad.
Ya… Hagamos un análisis de nuestras vidas. ¿Alguna vez habéis pasado una mala
noche por la que no habéis dormido? Os dolía la tripa, estabais nerviosas,
vuestros hijos no os han dejado dormir… Y al día siguiente a trabajar, da igual
en qué condiciones estés. Yo trabajo delante de un ordenador, por lo que en
estas circunstancias si doy un cabezazo, pueden reírse mis compañeros y
compañeras o ganarme una bronca de mi jefa. ¿Pero un transportista? ¿Puede ir a
donde su jefe a decirle que no está en condiciones de trabajar porque no ha
dormido y supone un peligro para él y para terceros?
Hagamos otra reflexión ¿tendrá algo que ver la
política de sancionar a quién hace llegar tarde el tren o de premiar a quién
llega puntual? Este tipo de “incentivos” son descabellados si queremos evitar
accidentes, puesto que cargan la responsabilidad de la puntualidad sobre los
conductores, sin tener en cuenta otras posibles contingencias que hacen que el
tren llegue tarde. Lo que desencadena que los maquinistas “aprieten” para
llegar a la hora. Os garantizo que este tipo de políticas no las establecen los
empleados y también os aseguro, que no son a ellos a los que benefician.
Por último, demos por hecho que este señor era un
irresponsable. En este caso, ¿por qué conducía un tren? ¿Quién ha decidido que
es apto para el puesto de trabajo? Quizás su conducta nunca había denotado esa
ausencia de responsabilidad y solo actuó mal ese fatídico 24 de julio… poco
probable. Si habitualmente incumplía las normas que regulan cómo se debe
dirigir un tren, ¿por que seguía en ese puesto de trabajo? Las empresas tienen
un protocolo disciplinario que a menudo utilizan sin ton ni son para sancionar
todo tipo de actitudes, las cuales, poco tienen que ver con la seguridad.
En fin, el maquinista se jacta en la foto de Facebook
de ir a 200 km/h, al igual que la ministra de fomento (Magdalena Álvarez) se
jactaba ante los medios de comunicación de que el AVE podrá alcanzar los 350 km/h. Hipocresía.
Cristina Bereciartua Gacetabeitia
Portavoz de Alternatiba Gasteiz
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