EL EUSKOBAROMETRO Y EL CARPACCIO
Sé que ya no es actualidad, y que a estas horas se han
escrito cientos de análisis sobre el tema, pero para mí, a las digestiones
pesadas hay que darles su tiempo, y ésta requería del sosiego y la tranquilidad
que da la perspectiva. Sea pues y hablemos sobre el resultado del último
Euskobarometro, ese que coloca a Podemos como 2ª fuerza en la CAV y que manda a
EH Bildu al 4º o 5º en Araba. Con este post estoy seguro que ganaré algún
amigo, pero sobre todo muchos enemigos, lo cual siempre es de agradecer ya que
estos últimos tienden a ser más fieles y te acompañan hasta la tumba.
Una
de las acusaciones más frecuentes a este Estudio es la que afirma que el
Euskobarometro en cuestión está más cocinado que unas buenas alubias de Tolosa,
algo que por otra parte suele ser habitual en todas las encuestas electorales
con el fin último de favorecer o perjudicar a ésta o aquella opción electoral,
sin embargo, en este caso mi percepción va más bien en sentido contrario, creo
que esta vez, el Chef, la UPV, ha preferido presentarnos un buen Carpaccio, un
trozo de carne cruda cortada muy fina y con algo de sazón. Fina, muy fina ya
que el muestreo es escaso, apenas 600 personas y en un espectro municipal muy
limitado, y cruda, muy cruda ya que la estadística principal habla de intención
de voto directo, sin tener en cuenta factores correctores como el recuerdo o la
fidelidad. Sin embargo y con todo el margen de error que vosotras o yo podamos
justificar, lo cierto es que este Euskobarometro muestra una tendencia, un
recorrido que viene forjándose de atrás y del que no podemos ser ajenos.
PODEMOS
ha sabido hacer dos cosas, una el marketing, con un monstruo de la comunicación
como Pablo Iglesias, otra, canalizar el descontento ciudadano con mensajes
claros y sencillos; Bipartidismo malo-Lo nuevo para limpiar lo viejo. No
busquen más, no hace falta más. Atrás quedaron lo días de programas
rupturistas, de mensajes sobre crisis sistémicas y cambios de modelos, ya no
hacen falta, así que no le deis más vueltas, vosotras cómo yo podemos
enzarzarnos horas discutiendo sobre cómo han endulzado sus propuestas, y seguro
que concluiríamos que tenemos razón, pero, ¿necesita PODEMOS un programa?
El
programa de la formación de Pablo Iglesias para los comicios europeos no
distaba en exceso del que, por ejemplo, EH Bildu lleva, defiende e implanta en
las instituciones dónde tiene capacidad, sin embargo, ese programa ha sido
mutilado cuando no asesinado por el partido español para los próximos comicios
de manera que, por ejemplo, han abandonado ideas tan básicas como la Renta
Básica de Ciudadanía, la jubilación a los 60, o la auditoria de la Deuda, y aún
así los sondeos los siguen mandando directamente al estrellato. ¿Por qué?
Porque son lo nuevo que arrasa lo viejo, y porque quieren acabar con el
Bipartidismo cual Palacio de Invierno del viejo Régimen. ¿Para implantar el
qué? No se sabe, y a la gente no le importa.
Tuve
un profesor de Historia que fuera del aula, cuando debatíamos sobre España
solía decir que el gran problema de la sociedad al sur de los Pirineos es que
históricamente, ésta se ha mostrado como muy servil y dócil al Poder dominante,
aguantando estoicamente carros y carretas hasta que la presión era tal, tan
insoportable la opresión que entonces saltaba como el tapón de una botella de
Cava, incontrolable y desbordada, pero que siempre lo hacía sin control ni
reflexión, y que a ello se debía una de las tasas de Guerras Civiles más altas
de Europa (1 cada 50 años) y su propensión al Absolutismo, ya sea Monarquico,
Dictatorial, o en la Historia reciente, salidas de las urnas. Ese “efecto Cava”
es el que está llevando en volandas a PODEMOS y pocos análisis más son
necesarios.
Sin
embargo, en EH la situación parece que nos pilla a contrapié, porque al fin y
al cabo, esa opción rupturista nacida en el Reino, aquí ya existía, existe y
existirá. Opción con un programa desarrollado, asentado y en constante revisión
popular, y que se está poniendo en marcha. Opción democrática de base. PODEMOS
no ha inventado nada, y otras ya teníamos procesos participativos, ya estábamos
y estamos en la calle, ya hablamos de salarios únicos en los Partidos, de topes
salariales, de nacionalización de Kutxabank, con hechos, con primar las
personas, (servicios sociales, sanidad, educación...) frente a la especulación
y el Sistema Corrupto (TAV, Fracking, De Miguel, Pinosolo, la CAN...) y sí,
también de Soberanía, pero no solo la que representa la Independencia, sino la
Soberanía real, esa que permite al pueblo tomar sus propias decisiones sin ser
esclavos de Madrid, Bruselas, la Banca o las Multinacionales, Soberanía a la
que parece intuirse PODEMOS está dispuesto a renunciar por ganar las elecciones
y ya habla de “negociar” para no “disgustar” en exceso a esas oligarquías que
dicen combatir.
Entonces,
¿A qué se debe ese desplome en el último Carpaccio? Pues, aunque algún amigo
politólogo a quien aprecio mucho se enfade conmigo, me voy a permitir dar mi
opinión que para eso tengo este blog, ¿no?
Sencillamente no estamos sabiendo leer la situación. Frente a mensajes
simples, las respuestas no pueden ser complicadas, no se trata por tanto de
grandes estrategias sino de comunicación y fuerza. Tenemos las herramientas y
no podemos perdernos en un maremágnum de llamados al PNV para la construcción
nacional al tiempo que denunciamos que ellos son el pasado, la política
clientelista, la corrupción y la casta vasca, si los jeltzales u otras fuerzas
políticas quieren subirse a la ola del cambio han de ser ellos quienes han de
cambiar, quienes han de llamar a las puertas del pueblo y ofrecerse a trabajar
para él. No necesitamos lo viejo, caduco y corrupto, sino abrir las puertas de
par en par, que entre el viento fresco del pueblo consciente y empoderado para
que limpie las instituciones y las ponga a su servicio.
Nosotras
somos el futuro, pero un futuro que ya está construyéndose, que ya comienza a
dar sus frutos, y somos diferentes, somos rupturistas, somos alternativa real y
efectiva, pero estamos atrapados en nuestra isla de las sirenas cuando solo
necesitamos salir a la calle y gritar; ¡Podemos echarles! ¡Vamos a echarles! Y
además no tenemos miedo a las cenizas porque tenemos un mundo nuevo por
construir y sabemos como hacerlo, porque somos pueblo y el pueblo no
desfallece.
No hay comentarios:
Publicar un comentario