DEJAD LAS DROGAS!
Todas las mañanas, mientras me enciendo un cigarrillo,
reflexiono sobre la necesidad de dejar de fumar. Con los años, los efectos de
mi adicción se van haciendo más y más visibles; tos mañanera, dolor de pecho,
falta de capacidad pulmonar, cansancio... Debo dejarlo, lo sé, sin embargo
ahora mismo, junto a mi ordenador hay un cenicero humeante esperando a ser
vaciado, un mechero, y un paquete de Winston blando al que quedan un par de
cigarrillos en su interior.
Todos
mis intentos por abandonar dicho vicio han caído en saco roto, a lo más que he
llegado ha sido a estar 6 meses sin encender un cigarrillo, pero siempre
regreso; el hábito, las costumbres, la rutina, los nervios... son excusas
recurrentes, igual que el gesto de mi mano dirigiéndose al bolsillo de mi
camisa. Sin embargo, he de reconocer que tener esta malsana adicción me ha
servido para entender a esas otras miles de personas que sufren diversas
adicciones de mayor gravedad. Y ahí quería llegar.
Día tras
día podemos leer en la prensa noticias sobre el modelo de gestión del PNV.
Puros en Lemoa, Angulas en Gipuzkoa, calderilla millonaria en las
contrataciones de la AP-1, y suma y sigue. Asuntos legales, ilegales y la
mayoría rozando ambos lados de la frontera, pero en todos los casos turbios y
con enriquecimiento particular y/o de Partido. Y les entiendo, no les culpo, lo
más que les pediría a los jeltzales es que abandonen la política una temporada
y vayan a una clínica de desintoxicación, la sociedad vasca se lo agradecerá y
les mostrará todo el apoyo y solidaridad de la que es capaz.
Entiendo
que 30 años de gobierno crean hábitos y costumbres difíciles de modificar.
Cuando alguien se ha acostumbrado a ver la política como un negocio en el que
yo me llevo un porcentaje, entiendo que es altamente adictivo y difícil de
abandonar, pero en cualquier caso, el primer paso siempre es el reconocimiento
de la enfermedad, y ahí es donde tienen un problema, para ellos, para los
extraordinarios gestores jeltzales poner en cuestión su modelo de administrar
los bienes públicos es un insulto, aunque ahora estemos demostrando que sus
gestiones nos están suponiendo miles, decenas de miles o incluso millones de
euros dependiendo del grado de adicción del gestor en cuestión. Pero están
enfermos, igual que yo mantengo mi adicción al tabaco.
Os
aseguro que este tema de las drogas y las adicciones me resulta altamente
interesante y que podría pasarme todo el día hablando de ello, pero hace medio
artículo que se ha terminado el paquete de Winston y estoy que me subo por las
paredes y hasta el bar más cercano tengo una buena caminata, así que os prometo
retomarlo en otro momento, y quizás entonces pueda hablaros del proceso de
desintoxicación.
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