PENES, VULVAS Y
SERES ANEURONALES
En las
últimas semanas hemos asistido a una exitosa campaña llevada a cabo por
Chrysallis Euskal Herria que ha levantado ampollas como hace tiempo no se
recordaba. La campaña nos cuestiona sobre si transexual se nace o se hace,
sobre si el género se construye o no. Por supuesto, yo no tengo la respuesta. Soy
consciente de que simplemente intentar dar mi opinión sobre el tema sería
meterme en un fangal del que difícilmente pueda salir con mis escasos recursos
sobre el asunto. Sin embargo, sobre lo que no puedo callarme es acerca de la
respuesta que está obteniendo la campaña por la parte más reaccionaria de la
sociedad.
Sorprende
que aquellos que se convierten en los únicos garantes de la paz y la democracia
cuando aparece una simple pintada en una sede de algún partido, y los llaman
ataques terroristas, ahora callen como lo que son. Mobiliario público
destrozado, motivo por el que algunos y algunas están pasando décadas en
prisión, y aquí nadie dice nada. Ni se sabe que esté habiendo investigación
alguna, y por supuesto, jamás nos enteraremos de que haya algún detenido. “Ladran,
Sancho, señal de que cabalgamos” aunque Cervantes no lo dijera.
Estado en el que quedó una marquesina en Gasteiz (Vía @Gasteizhoy) |
Ésta campaña
de Chrysallis no sólo abre un debate muy interesante, profundo e importante,
sino que se está demostrando fundamental para desenmascarar la realidad
reaccionaria en la que vivimos. La respuesta vandálica que está recibiendo es
una prueba de que cuando algo, sea lo que sea, ataca los privilegios de esa
parte de la sociedad tradicionalista que pervive y gobierna, la respuesta no se
hace esperar.
Y justificarán
estos ataques por el bien de los niños. Incluso nos hablan ya de querellas por “corrupción
de menores”. Porque así funcionan. Porque es su forma de actuar, atacar
diciendo que nos defienden. Es por nuestro bien, pero no nos engañan, es por el
suyo, por sus privilegios, por su estatus, por su poder. Esta campaña pone en
cuestión, como he dicho al principio, si se nace o se hace. La querella, además
va más allá y pretende trasladar la idea de que la transexualidad es una
elección, seguramente pensarán lo mismo de lesbianas y homosexuales, pero hoy
no tocan, y que por tanto, como los menores no son considerados por la Ley
personas que se puedan gobernar por sí mismos, son los padres quienes toman esa
hipotética decisión.
Estas personas, a las cuales el mero
hecho del reconocimiento de la existencia de la transexualidad ya les producía
acidez de estómago y vomitan bilis cuando se plantean derechos, o simplemente
se exige la despatologización (No considerar la transexualidad como una
enfermedad), esas personas no pueden aceptar otra verdad que no sea la suya. U
eso es lo que ha logrado Chrysallis, demostrar que la transfobia es una
enfermedad que goza de buena salud y que hay que erradicar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario