EL BESO DEL P(so)E
Todo aquel
que escribe anhela en el fondo que sus textos pasen a la posteridad. No es algo
exclusivo de los escribanos de novelas, o poemas. Aunque es cierto que en estos
tiempos de levedad e inmediatez, lo que consumes hoy caducó ayer. Sin embargo
ese anhelo está ahí. Por supuesto que la parte racional de mi cerebro es
consciente de que ese nunca será mi caso, y mucho menos probable aun, escribiendo
este tipo de post. Aun así he de reconocer que cuando escribo me gustaría
lograr que lo que cuento no quede desfasado en menos de una semana. Algo que
parece imposible si me empeño en hablar sobre cualquier asunto en el que el
partido de Felipe, Susana y el resto, esté por medio.
Hace
exactamente una semana, 7 días, escribí sobre la Proposición
de Ley de modificación del SMI en la que confluyó TODA la oposición
parlamentaria y que supondría que el Salario Mínimo Interprofesional alcanzase
los 800€ en 2018, y los 950€ en 2020. Pues bien, ayer mi escrito quedó superado
por los hechos. El PsoE vuelve a traicionar a quien se le pone por delante y
firma un acuerdo con el Partido Popular y dejan esa subida en un 8%, 707€. Sí,
ahora vendrán con lo de la responsabilidad de Estado, con el realismo, y todas
las justificaciones que quieran vender, pero la realidad es tozuda y lo que ha
hecho el PsoE no es más que ser fiel a su tra(d)ición e historia. Quizás ahora
nos quieran hacer ver que han conseguido arrancar un acuerdo al PP en contra de
los deseos del partido de la gaviota con ínfulas de albatros, pero en realidad
lo que han hecho ha sido aflojar el nudo de la corbata de esparto.
Sin duda no
debería sorprendernos esa forma de actuar. Para quienes hemos pasado y pasamos
horas y horas entre libros de historia, el PsoE no puede, por más que lo
intente, tener credibilidad alguna. Leía no hace mucho un blog en el que
explicaban que el
PsoE no tiene 137 años en referencia a la supuesta traición que supuso el
Congreso de Suresnes para el Socialismo. Yo mantengo que sí, que no han
cambiado, que una cosa es el discurso y otra es la realidad, que el PsoE ha
sido siempre el Judas de la clase obrera. Y si no te lo crees sólo tienes que
indagar los motivos por los que la Revolución de Octubre del 34 sólo arraigó en
Asturias. Pregúntate quién gobernaba y dirigió la masacre de Casas Viejas en el
33. Lee los discursos de Largo Caballero y después compáralos con los actos del
PsoE, y la UGT cuando sus opciones de tocar poder aumentaban.
Por todo
ello, para los que creemos (utópicamente) que tenemos la sangre roja y el
corazón a la izquierda, cada vez que alguien pretende incluir en ese hipotético
saco que es la izquierda al PsoE sentimos que nos tratan de estúpidos.
Entendemos que en la lucha de poder hay pasos que son ineludibles, que a veces
hay que hacer aliados hasta en el infierno, que a veces hay que ser pragmáticos,
sí, lo entendemos, pero lo que no podemos soportar es ésta manía de hacernos
trampas al solitario. La primera vez que me traicionas es culpa tuya, la
segunda es mía, la tercera yo también seré un traidor.
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