Y GANÓ EL NO
Si le cantas
a la paz el plomo desgarrará tu corazón. Hoy saldrá el sol, pero difícilmente podré
calentarme. He despertado frío como el hielo, aunque algo arde en mi interior.
Y escribo, escribo para vomitar la bilis acumulada porque sin palabras, sin
papel, sin intelecto sólo quedan las balas.
Apostar por
la humanidad es perder en un segundo toda esperanza y el futuro que se avista
es negro, es más que eso, es la nada de “La historia interminable” y sí, lo siento
amiga, si un lunes por la mañana no te parece el mejor momento para leer un
texto fundido en negro, pero así, de luto debiéramos amanecer quienes sólo
aspiramos a vivir y ser vividos.
Hoy ha
ganado el pastor del ganado. Quienes se lucran del sufrimiento han entendido
mejor este podrido mundo que quienes, ¡Ay ilusos!, pretendían crear un futuro.
Así nos va, no me pidas hoy sonrisas.
Que una
mayoría social apueste por continuar la guerra desde su sofá dice mucho de este
mundo. Y lo hacen desde el sofá, porque quienes sufren la violencia votaron
mayoritariamente SÍ a la PAZ. Son los que lo ven por las pantallas de sus
televisores, móviles, ordenadores los que han dado la razón al Señor de la
Guerra. Sólo les vale la victoria total, el absurdo, lo imposible, solo les
vale mantener un estatus de guerra que a algunos les ha permitido medrar.
Vergüenza.
Pero no, no
me malinterpreten. No quisiera, ni puedo, ni deseo dar lección alguna desde
esta Europa corrompida y nauseabunda. Análisis habrá a cientos que nos convenzan
de que eso en un Estado de Derecho moderno (eufemismo utilizado para seguir
marcando diferencias entre el “Occidente civilizado y los barbaros colonizables”)
nunca hubiera ocurrido. Obviando que se parecen tanto los bloqueos de allá y
Aiete. Que quién mantiene su txiringuito al albur de las balas no quiere
recibirlas empaquetadas.
Ayer ganó el
NO a la paz de los que menos sufren la guerra, igual que arrasó el NO a la
solidaridad de quienes se creen mejores. Y no, no me vale que el referéndum no fue
válido por la baja participación. No nos hagamos trampas al solitario, si
traspasásemos el resultado a unos comicios presidenciales, el partido Fascista
que enarbolase esa bandera habría recibido el 65% de los votos. Esa es la
realidad de un mundo que hoy no se merece mi respeto. Esa es la verdad que hay
que leer, y dejar las batucadas.
Y hoy no
quiero politólogos que me expliquen cómo se perdió el mensaje. Hoy no quiero
que me den clases sobre errores comunicativos. Hoy no valen lecturas sesudas
porque las cuestiones eran sencillas y hasta un párvulo discerniría. Hoy no
valen paternalismos. Hoy no vale justificar la ignorancia. El voto era simple
en ambos casos, y en los dos perdió el ser humano. Victoria inapelable de
quienes llevan gobernando el mundo, del matón del patio del colegio. Victoria
de Darwin y su “Ley del más fuerte”
Lo siento
hijo mío, fracasamos, tu mundo aún será peor que el mío. Pero luchamos, te juro
que luchamos, seguimos y seguiremos luchando. Desde la trinchera de la vida
contra todos. Y no tengamos miedo a las cenizas, porque eso es lo único que
querrán dejarte, nuestras manos construyeron éste mundo y volverán a hacerlo,
una y mil veces. ¡Aguante mi gente valiente, la que dijo Sí a la esperanza,
porque volvimos y volveremos!
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