¡¡ACABáramos!!
Ayer les
tocó a las huelguistas de Amazon, anteayer fueron los murcianos combativos,
unos días antes los catalanes, y la lista se extiende desde Cabo de Gata a
Fisterra, de Casas Viejas a la bahía de Pasajes. La policía, dicen, tortura y
asesina, yo no digo nada que luego todo se sabe, pero si pienso algunas cosas.
De entre todo lo que pienso, incluso, alguna vez sale algo razonable y
razonado, e incluso a veces puedo tener razón. Quizá no sea el caso que nos
ocupa, pero bueno, como no me lee nadie lo voy a dejar negro sobre blanco, yo
no odio a las Fuerzas de Seguridad del Estado, solo quiero su disolución y
entrega de armas. Lo del perdón se lo perdono que no soy creyente. Ale, ya lo
he dicho.
En este tema
de las FSE tampoco hay consenso social. No iba a ser menos. Las hay, personas,
que creen que son imprescindibles, que están mal pagadas y que hay que
honrarlas. Hay otras que defienden que son necesarias, pero que bueno, que el
modelo actual tiene problemas y hay que solucionarlos. Por supuesto también hay
quien dice que éstas no, pero las mías sí. Así, sin cuestionar modelos ni nada,
simplemente que cambie el dueño. Yo soy de los que piensan que (Así, en plural,
que entre 7000 millones de personas habrá alguien más que piense como yo) las
FSE no son necesarias y además son una carga social.
-¿Pero cómo se le ocurre? ¿Usted quiere el caos, la anarquía?
Sí, quiero la anarquía, pero no el
caos. La cuestión es que si el Código Civil está pensado para proteger el bien
privado de los ricos, el Código Penal
está dirigido a castigar a quien ataca el bien privado de los ricos, y encima,
quienes han de exigir el cumplimiento de los códigos anteriores son asalariados
de quienes redactan los códigos, pues vamos jodidos. En mi humilde y nada docta
opinión, la responsabilidad sobre la convivencia social (Que es de lo que trata
toda esta vaina, de convivir porque el ser humano no es capaz de subsistir en
soledad) ha de recaer en todos y cada uno de los seres humanos que componen
dicha sociedad. Todos somos responsables de nuestros actos, y todas deberíamos
ser responsables de advertir al resto cuando sus actos no están acordes con las
normas de convivencia. (Nótese que hablo de normas y no de leyes, y sí, la
anarquía requiere normas)
¿Quiere decir lo anterior que no
deben existir Fuerzas de Seguridad? Sí y no. No se trata que todas las personas
sean policías 24 horas al día al más puro sueño húmedo fascista, con chivatos
apostados en cada esquina. Sino, algo al más puro estilo de la “democracia
ateniense”, en el que toda persona pueda estar hoy bajo la porra y mañana con
la porra en la mano. Una suerte de “mili” policial.
Se lo desarrollaría mucho más, pero ¿para
qué? Seguro que si le interesa usted reflexionará sobre ello mejor que yo
mismo, si no le interesa lo habrá olvidado mañana y si lo que quiere es
descalificarme podrá, sin ningún problema, imaginarse “el jardín del Caos” cuán
Bosco renacido, lleno de porras, bocachas, uniformes, venganzas y sangre, mucha
sangre. Sinceramente, me importa más bien poco. Lo que tengo claro es que con
este modelo siempre corremos los mismos, y otros viven en la impunidad.
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