viernes, 13 de febrero de 2015

Desmontando a Grey


DESMONTANDO A GREY

            Lo reconozco, no he leído 50 sombras de Grey, y sí, lo tuve entre mis manos, e incluso llegué a leer un par de capítulos, pero no pude más. Me pareció que en lo literario dejaba mucho que desear, aunque tampoco hablaré mucho de ello ya que con las traducciones suelen ocurrir desgracias y mi escaso conocimiento de la lengua de Shakespeare me impide leer el original. Sin embargo lo que me desanimó no fue eso, ya que libros más insulsos hemos leído todas y todos. No, lo que me hizo desistir fue la imagen caricaturizada, burda y simplista con la que se aborda un tema tan complejo como las relaciones BDSM. O mejor dicho, cómo se enmascara una relación “vainilla” profundamente machista y patriarcal en parafernalia BDSM.

            50 sombras de Grey incide en el mito del “Príncipe Azul”, hombre, heterosexual, rico y apuesto que enamora a pobre doncella desvalida, una suerte de Princesas Disney en versión pseudo-porno, donde la dama puede alcanzar un mundo idílico gracias al hombre, y en este caso simplemente tiene que aceptar recibir unos cuantos azotes. No hay mayor trasfondo, ni mayor propósito en sus páginas, y desde luego no es un referente válido para quien desee explorar las bastas opciones del BDSM, aunque es probable que haya desatado las fantasías en miles de alcobas y la venta de productos y parafernalias BDSM se hayan disparado.

            Pero ahora viene lo complejo, si alguien quiere leer en estas líneas un ataque a las relaciones Dominación/sumisión estará totalmente equivocado o equivocada. Nada más lejos de mi interés. Bastante incomprensión se arrastra por parte de meapilas defensores de no se qué moral y por parte de quienes quieren ver en el BDSM un modo de vejación, y perpetuación de las relaciones asimétricas, para quienes este libreto da aún más argumentos. Lo cierto es que en toda relación humana existe una parte dominante y otra más sumisa, no a todas las personas nos gusta tener que decidir sobre cómo vamos a pasar esta tarde de ocio, o cuál va a ser nuestra actividad sexual. Hay personas tímidas, personas valientes, personas adustas, otras joviales, fantasiosas, contemplativas, y la unión de esa diversidad provoca relaciones diversas, sin embargo, hay algo que cualquier amante del BDSM tiene claro, las expectativas han de ser compartidas, los anhelos han de ser compartidos, y el equilibrio reside en el bienestar de la contraparte.

            Por supuesto, ahora alguien podrá argumentar que en el caso que nos ocupa la compensación que recibe Anastasia es un nivel de vida de ensueño y que eso equilibra la transacción, sin embargo es al contrario, el que Grey sea su sustento económico, su escalera a ese estatus desequilibra aún más la relación al surgir un tercer tipo de dominación, la material, ya no se trata solo de la falsa idea del amor romántico que recorre todo el libro y que ata también a la protagonista, ni se trata de una dominación de carácter meramente sexual y posesiva, sino que añadimos también la dependencia material, las tres claves fundamentales que definen al machismo en una relación.

            Entonces, ¿qué es una relación equilibrada? y , ¿tiene cabida el BDSM en ese equilibrio?  Por supuesto, claro que una relación BDSM puede ser una relación de equilibrio entre dos o más personas, simplemente hay que tener en mente que lo que se ofrece y lo que se recibe han de ser satisfactorias para todas las partes. La persona que ejerce el rol de Dominante ha de tener en mente siempre y en cada momento los deseos de quien se siente sumiso y actúa como tal. Nada sabemos de los deseos de Anastasia en todo el relato, de si se ven satisfechos o no, todo gira en torno a los deseos de él y el encandilamiento que produce en ella el lujo, el glamour y la personalidad de Grey. Y sí, es cierto, parece, o nos hacen ver que Anastasia disfruta con las escenas, sin embargo todas ellas provienen de la mente de él, ella es un mero decorado de las mismas, sin arte ni parte. Y qué hablar del concepto eternamente repetido de que Grey sea dominante por sentirse traumatizado debido una relación previa de sumisión con una mujer. O sea, que Anastasia sea dominada no le produce trauma alguno, pero un hombre sumiso vivirá traumatizado toda la vida... pero bueno, eso lo dejamos para otro momento.

            En definitiva estoy seguro que mi post provocará más dudas que las que he pretendido responder, pero ese también sería un éxito muy superior al efecto provocado por 50 sombras de Grey, porque de la duda suele surgir la curiosidad, y de la curiosidad nace la investigación y el aprendizaje.

“Es un milagro que la curiosidad sobreviva a la educación reglada”
Albert Einstein


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